12 de abril de 2007

El último esperpento de Rouco Varela

Es de todos sabido que el Arzobispado de Madrid, guiado por el Cardenal Rouco Varela, ha cerrado la parroquia de San Carlos Borromeo, del barrio madrileño de Entrevías. Y no es para menos y, si no, analicémoslo:

Coordinada por el famoso "cura rojo" Enrique de Castro (famoso por llevar toda su vida dedicado a los marginados, drogadictos, pobres, inmigrantes...), dicha parroquia ha cometido el error imperdonable de dedicarse con total unción y devoción a los más pobres, desgraciados y necesitados (cual si de una organización anarquista o una ONG se tratara), pero no se dedicaba a lo fundamental del Evangelio: celebrar misas revestidos con el alba (y no en vaqueros) y comulgando con obleas (y no con rosquillas).

Lo de los pobres y eso es secundario (además, suena mucho a izquierdas y a su tradicional representante, el marxismo); lo importante es cómo se celebra la misa, si se respeta el canon y si se comulga con obleas. ¿O para qué vino Cristo, si no? Él no vino (ni predicó ni hizo nada al respecto) para temas que tuvieran que ver con la justicia social, con cambiar el mundo, con la lucha por la paz y los derechos humanos, para construir un nuevo modo de relaciones, basado en lo comunitario, para acoger a los enfermos, a los más pobres, a las víctimas de la injusticia, a enseñarnos a vivir la solidaridad... ¡ No, no, no y mil veces no! Cristo vino (y lo mataron por ello) para enseñarnos el canon de la misa, para decir que hay que comulgar con obleas y sin vaqueros. Eso es lo importante.

Luego que Enrique de Castro y demás feligreses "rojos" no se quejen. Además, para colmo de males, en esa parroquia también se permitían el lujo de acoger a homosexuales, divorciados e inmigrantes. (Ya os digo que parecen más anarquistas que cristianos). Además, con lo "progres" que son esos curas, estoy seguro de que en sus catequesis, les dicen a los jóvenes que masturbarse, o usar un preservativo, no es pecado mortal. Luego es evidente que esa parroquia se ha desviado del buen camino y Don Rouco (¿o deberíamos decir San Rouco?) ha hecho bien en cerrarla. ¡Tanta política, tantos pobres y tantos derechos humanos! ¡Ya está bien, hombre! Lo que nos hace falta en España y en el mundo es defender la familia, salvar la moral tradicional, luchar por el matrimonio heterosexual (y contra el homosexual -casado o soltero-) y recuperar lo que España fue siempre: UNA, grande y libre. Y para eso, hay que apoyar al Partido Popular, como quiere San Rouco.

Hay que seguir con la "caza de brujas" pues quedan aún muchos "Enriques de Castro" más, y muchas parroquias rojas (bueno, no tantas). No en vano, anoche en el programa televisivo "59 Segundos", la magnífica periodista Isabel San Sebastián (española de bien, buena cristiana y de derechas, como Dios manda) se dirigió con la valentía característica de los buenos cristianos (es decir, los conservadores) a Enrique de Castro y le recordó que le debía "obediencia" al Cardenal y que "si no estaba dispuesto a cumplir con las normas de su club, QUE SE FUERA". Ese fue su único lapsus: que llamó "club" a la Iglesia, probablemente porque se confundió con su club de golf. Pero, ¡qué bien estuvo Isabel!, ¡qué valiente! Se enfrentó al cura rojo al que todos los progres del programa apoyaron. Menos mal que estaba allí Isabel San Sebastián para representar a San Rouco y a los cristianos. Y que las demás cristianas tomen ejemplo de Isabel: buena española, de derechas (muy de derechas), de moral ultraconservadora y, posiblemente, del Opus. Como Dios manda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me permito escribir en este blog después de haber leído el artículo sobre la parroquia de San Carlos Borromeo sin otra intención que la de lanzar nuevos datos para que todos intentemos analizar la situación desde un punto de vista objetivo.
En primer lugar deciros que estaba en Madrid cuando comenzó todo, por lo que, al menos eso creo, pude tener información de primera mano sobre el asunto.
No es del todo cierto que se pretenda cerrar la parroquia sin más. Ahora mismo, el proyecto que se tiene es el de crear en lugar de la parroquia un centro de Cáritas para que no se dejen de realizar las labores sociales que se estaban realizando. Es más, según me comentaron personas del arzobispado, la intención era darle, si cabe, mayor relevancia a dicha labor social. Por otra parte, desde hace bastantes años, dicha parroquia no era, de facto, lo que se pueda llamar una parroquia, ya que carecía de registro, no se realizaban ni bautizos ni comuniones, no tenían grupos de preparación para los sacramentos, y sólo se realizaba una eucaristía los domingos.
Creo, por lo tanto, que es conveniente dejar de lado visiones que puedan ser partidistas a priori. Además, Rouco Varela lleva, desde que es obispo, “protegiendo” a dicha parroquia de las quejas recibidas en cuanto a la ortodoxia de la parroquia, y ante la intervención directa del Vaticano, no le quedó más remedio que actuar.
Finalmente, a nivel personal, pienso que adecuarse a la ortodoxia no tiene nada de malo, es más, es un símbolo de la unidad de todos los católicos. Además, ¿no habló Jesús de la importancia de la unidad?
Un abrazo.

Ray.

Anónimo dijo...

Querido Ray:
Muchísimas gracias por tu comentario y tus matizaciones. Esto es un blog abierto a la discusión y el debate. Pero tengo que discrepar con todo respeto:
Para mí, lo fundamental del Evangelio, lo esencial (lo que no puede cambiar ni es negociable) es LA VIDA REAL, el trato con las personas, el tratar al otro como fin y no como meido, el crecimiento del ser humano y de la sociedad, y la lucha por la justicia y los derechos humanos.
Todo lo demás es absolutamente accesorio e histórico (me refiero a la ortodoxia, a los ritos litírgicos y sacramentales; en una palabra, las formas externas de la religión). Dichas formas han cambiado (y seguirán cambiando) dependiendo de las épocas históricas (incluso, en una misma época, cambian de una geografía a otra). Lo que no cambia, lo esencial y lo universal, es el fondo del cristianismo, que es donde hay que volcarse.
De manera que, desde mi humilde punto de vista, lo esencial de una Parroquia no son las celebraciones de los sacramentos sino el ejercicio de lo fundamental que, a buen seguro, la Parroquia de Enrique de Castro SÍ QUE HACÍA.

La pregunta es: ¿qué pasa con todas esas otras parroquias (probablemente la mayoría) en las que se invierte totalmente lo expuesto, es decir, sólo son "despachos de sacramentos y lirturgias" (pagadas, por supuesto) y no hay nada de lo fundamental, o, a lo más,son centros de reuniones de "pseudo reflexión" donde se "habla de lo que hay que hacer" pero "no se hace"? ¿Por qué no se cierran esas parroquias? ¿No sería lo lógico?.
Pero ya conocemos de qué va esto: la jerarquía, lamentablemente, da más importancia a las formas (lo accidental y accesorio) que al fondo (lo verdaderamentre importante).
No dudo que Rouco quisiera defender la Parroquia de San Carlos Borromeo de las "críticas" recibidas. Pero la jerarquía eclesiástica no puede mirar para otro lado: el problema, precisamente, son esas críticas, de las que la jerarquía es prioritariamente responsable, pues son el efecto lógico de la educación cristiana que dicha jerarquía lleva ejerciendo durante más de veinte siglos. ¿No crees que, en vez de dar pábulo a dichas críticas, la Iglesia debería enseñar, de una vez por todas, a sus feligreses qué es lo verdaderamente importante de la fe cristiana?
Por otro lado, si yo fuera Rouco, me la habría jugado frente al Vaticano (que también es jerarquía; de hecho, la jerarquía de la jerarquía). Debería haberse negado a cerrarla. Pero dudo que Rouco esté, en absoluto, lejos de los presupuestos vaticanos, Antes bien, si está donde está es porque es "buen chico" a los ojos de Roma.
Para finalizar, te digo que este blog no es "un espacio de crítica a la Iglesia, al Evangelio, a la fe, o al cristianismo". Simplemente, tiene un apartado sobre religión, en el que hay algunos artículos que critican (desde nuestra búsqueda de la honestidad y la verdad, y subrayo "búsqueda" -no digo que la tengamos-)a la jerarquía eclesial: algunos pensamos que la religión cristiana tiene al enemigo dentro (la actual -desde hace veinte siglos- organización y estructura jerárquica, abrumadoramente conservadora en lo social, moral, teológico y político, y con tics descaradamente totalitarios). La jerarquía es más enemiga de la fe cristiana que los partidos políticos de izquierdas.
Creo que el futuro del verdadero cristianismo pasa por la eliminación radical de esta estructura y esta jerarquía. ¿Aún no os dais cuenta de que cada vez se le va más gente comprometida a la Iglesia? ¿Y qué me váis a decir: que no soportan la radicalidad del compromiso con los pobres? Si son ésos los que se van, precisamente: o
los echan o los persiguen (Sobrino, Forcano, Castillo, Estrada, Tony de Mello, Boff, Cardenal, etc, etc)
Sólo quien confunda el cristianismo con la jerarquía eclesial, puede pensar que atacar a la jerarquía es atacar a la Iglesia; sigue siendo un planteamiento clerical. Y muchos pensamos que no queda más salida que la "política de tierra quemada". Hasta que se den cuenta. Si no es demasiado tarde para el futuro del cristianismo.
Y a quien me diga que una jerarquía así es necesaria para la religión cristiana, le diré que mire al budismo: ¿por qué lleva veinticinco siglos existiendo, y no tiene una estructura organizativa como la Iglesia? ¿Por qué tiene cada vez más adeptos, al mismo tiempo que la Iglesia los pierde?

Rebelion

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