18 de julio de 2011

Freiduría Alba, de Estepona, maltrata a los clientes

No se trata, obviamente, de una rabieta: aprovecho el ejemplo para denunciar que Andalucía (ni ningún lugar que viva tanto del turismo) no podrá salir adelante jamás si no se trata con dignidad y corrección a los clientes (sean o no turistas).

Anoche, en la avenida Juan Carlos I, de Estepona (Málaga), me encontraba cenando en el bar Freiduría Alba, donde estuvimos comiendo pescado y bebiendo cervezas y refrescos. En la segunda ronda de bebidas, pedimos una jarra de agua del grifo con un poco de hielo. Cuando nos traen la cuenta, observamos que aparece en el tícket este extraño concepto: "Especial, UN EURO". Cuando le pregunto a la camarera qué significaba, me explica que es que "al echarle hielo al agua del grifo, ellos cobran un euro".

Como sé que la pobre camarera no tiene nada que ver con eso, entro en el bar (pues estábamos en las terrazas exteriores), me dirijo a uno de los tres encargados y le explico que no entiendo cómo cobran dinero por agua del grifo (con cuatro cubitos, LITERALMENTE, de hielo) sin advertirlo antes. Le dije que deberían avisar al cliente que van a cobrarle el agua del grifo por ponerle hielo. El buen señor me dice que "quizá su fallo es no haberlo avisado, pero que eso es lo que hay". Le respondo simplemente que "he estado en miles de sitios y jamás me había pasado eso, y que les muestro mi descontento".

Y ahí hubiese acabado todo, de no ser porque un segundo encargado salta y me dice: "Es que a nosotros no nos regalan el hielo y, claro, si el cliente abusa y se pone a pedir hielo...". Es decir, que el mismo establecimiento que a mis niños le puso el segundo refresco EN EL MISMO VASO Y CON EL MISMO HIELO, me acusaba (en lugar de disculparse, o sencillamente callarse) de "abusar pidiendo hielo", lo cual era, como les refiero, absolutamente falso.

Cuando regreso a la terraza exterior (bastante indignado), entonces me informan mi mujer y los niños de que el segundo refresco se lo habían puesto en el mismo vaso y con el hielo derretido.

Entonces es cuando entré y les pedí la hoja de reclamaciones, que se negaron a firmar y a rellenar los datos de la empresa , para acabar diciendo "que yo hiciera lo que quisiera, y que sería su versión contra la mía". Me vuelvo y les digo que "van a perder bastantes clientes y que ya les denunciaré" y me responden que "si yo no vuelvo, mejor para ellos".

Aquí acaba la triste historia de cómo el bar FREIDURÍA ALBA, EN AVENIDA JUAN CARLOS I, DE ESTEPONA (MÁLAGA) trata a sus clientes, de los que come (dicho sea de paso).

Más allá de la torpeza de hacer semejantes cosas (con lo fácil que sería subir diez céntimos cada ración, sin más), me parece terrible que una ciudad, y una comunidad autónoma como la nuestra (Andalucía), que tantísimo depende del turismo y del sector servicios, permita que existan semejantes sitios y, sobre todo, semejantes establecimientos.

Con este post pretendo, y lo digo abiertamente,:

1- Advertir a cualquier posible lector que pudiera dejarse caer por Estepona (o viva allí) de cómo tratan en ese bar a la gente. Si les puedo disuadir de ir a sitios que tan mal dejan el nombre de Estepona, de Málaga y de Andalucía, pues mejor; y si no, al menos, les habré advertido, para que sepan que deben tener cuidado si piden hielo, pues les robarán.

2- Animar a todo consumidor, en aras de mejorar la calidad de nuestros servicios y (a gran escala) de nuestra economía, de que, CADA VEZ QUE SEAN MALTRATADOS, ESTAFADOS O ROBADOS, soliciten la hoja de reclamaciones y ejerzan su derecho a defenderse. Si lo hiciera todo el mundo, maleducados como ésos tendrían que desaparecer, o cerrar su chiringuito, o (lo que yo deseo), aprender a tratar a sus clientes con el respeto y la dignidad que éstos merecen. En otros países, estas cosas sencillamente no ocurren porque la gente reclama y protesta. En España, como somos tan absolutamente conformistas con todo, nos pasa lo que nos pasa: que empezamos permitiendo que nos roben con agua del grifo, y acabamos permitiendo que el mismo gobierno sea quien nos estafa para beneficiar a banqueros y otros ricos (Bautista y otros de la SGAE, por ejemplo) y que nos gobiernen corruptos.

Y es que ya lo dice el refrán: "No hay que morder la mano que te da de comer". O "el que no llora, no mama".

2 comentarios:

maile dijo...

No dudo de su palabra, que cada uno cuenta como le va. Pero acabo de er su comentario. Ese restaurante ya cambió de dueño y no creo que sea de recibo mantener comentarios semejantes que perjudican a quien no lo merece. Por casualidad estuve anoche allí, y por casualidad hoy me he encontrado con este comenterio. Nada tengo que ver con quienes lo regentan en este momento, pero yo he recibido un trato excelente que ya quisiera haberlo recibido por parte de algunos resturantes con muchos mas tenedores, que no con más categoria.

Anónimo dijo...

A Maile:

No conté "cómo me fue" sino cómo fueron exactamente los hechos. De eso hace dos veranos. Ni el establecimiento (por supuesto), ni la Oficina de Defensa del Consumidor de Estepona (donde fui a denunciar) me escribieron jamás, dando la más mínima explicación ni disculpa.
Sí que me extraña. por otro lado, la casualidad de que, sin tener nada que ver Vd con ese bar, vaya una noche y, justo al día siguiente, de miles de milones de blogs que hay en la red, se tope Vd con el mío y con una entrada de hace más de dos años. Es raro, ¿verdad?
Zorba, el amigo de Osho.

Rebelion

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