9 de junio de 2006

¿Qué hacemos por los demás?


Antesdeayer vi en el programa de Jesús Quintero una entrevista a Rocío Jurado. Excesivamente presente, por cierto, en casi todos los medios de comunicación en los días previos a su muerte. Entiendo que el fallecimiento de Rocío Jurado es noticia y que los medios cubran su velatorio, su entierro y hagan programas especiales sobre su carrera artística. Programas, desde luego, absolutamente hipócritas porque al repasar su vida no hacen ninguna referencia al acoso a que tenían sometida a Rocío Jurado y a toda su familia.

Acoso al que ya estamos lamentable y vergonzantemente acostumbrados. No entiendo, sin embargo, la retransmisión en directo de su muerte, las conexiones en directo con su casa cada hora para no contar nada, los periodistas con escaleras asomados a la tapia de la casa... Esta presión mediática afecta no sólo al personaje famoso y a sus más allegados, sino a todos aquellos que tienen la mala suerte de padecer su misma enfermedad y a los que, sin ningún pudor, les han retransmitido cómo va a ser su muerte, con todo detalle. Detalle de inhumanidad, por supuesto.

Pero mi reflexión iba por otro lado. Decía que ayer vi una entrevista en la que Rocío Jurado, ya enferma, hacía un repaso sereno de su vida. Mientras la escuchaba recordaba varios testimonios de personas que hablaban de la generosidad de Rocío, de como en muchos casos se desvivía por ayudar a otras personas, no necesariamente cercanas. Y reflexionaba acerca de lo poco que conocemos a la gente más conocida, probablemente por culpa de los medios de comunicación antes referidos, que nos acercan lo peor de los famosos y no aquello que puede ser un verdadero ejemplo para la sociedad.

Y en estas reflexiones estaba cuando recordé otra entrevista, también a Rocío Jurado y también por "El Loco de la Colina". Entonces la cantante estaba sana y nada hacía presagiar lo que después se le avecinaba. Y andaban los dos charlando, en ese estilo de entrevista relajada que tiene Jesús Quintero, cuando surgió la pregunta: "Rocío, ¿qué has hecho por los demás?". Era una pregunta, por aquel entonces, bastante habitual en las entrevistas del loco.

Normalmente el famoso decía que colaboraba con Unicef o con alguna ONG, o que ayudaba a su familia y a los que le rodeaban, o alguna otra respuesta estándar. Pero la respuesta de la cantante no fue en absoluto normal, se puso muy seria, se le crispó el gesto y dijo: "Ay, Jesús, ¿qué he hecho por los demás? No sé... yo ayudo cuando me lo piden... a los que me rodean... pero no sé... una tiene mucho trabajo, va de aquí para allá y a lo mejor no he sabido de alguien que me necesita... Yo no sé si hago todo lo que puedo por los demás".

Todo eso lo dijo verdaderamente preocupada y se quedó pensativa. Y es que uno tiene conciencia si no es capaz de contestar a esa pregunta sin agobiarse, sin plantearse si verdaderamente está bien todo lo que hace. Y ese día Rocío Jurado, de la que yo sólo conocía la frívola imagen que de ella daban los medios, demostró tener una conciencia tan grande como su voz.


Grassmann

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