23 de julio de 2008

La foto de la vergüenza

Hace casi año y medio calificábamos de foto de la vergüenza aquella del trío de las Azores.

Ayer pudimos ver en la prensa otra foto terrible, que nos hace avergonzarnos de pertenecer al género humano. En ella se aprecia cómo unos bañistas permanecen sentados en sus toallas, aparentemente indiferentes, ante los cuerpos sin vida de Viola y Cristina Ebrehmovich. Dos niñas de etnia gitana que bajaron de Scampia (Nápoles), donde comenzó el primer censo de los gitanos en Italia, para vender bisutería en la playa. Después de comer decidieron bañarse, sin hacer caso de la bandera roja que advertía del peligro, y se ahogaron.

Leemos en el Periódico de Cataluña:

Los gritos llamaron la atención de un socorrista, que se lanzó al agua. También acudió una lancha de los bomberos, que no pudo hacer nada por las olas. El socorrista sacó a dos chicas, pero cuando volvió, Viola y Cristina habían desaparecido. Las corrientes las devolvieron al cabo de un rato.

Alguien cubrió los cadáveres con una toalla azul y un pareo verde. Allí permanecieron durante hora y media, en la que los bañistas siguieron tomando el sol, comiendo su pasta traída de casa y contemplando con embarazo la excepcional compañía playera. "Hemos recuperado los cuerpos entre la indiferencia general", puntualizó el chófer de la ambulancia. "Indigna que la recuperación se haya producido ante la indiferencia general", dijo Laura Boldrini, portavoz de la agencia de ONU para los refugiados, preguntándose si "la conducta habría sido la misma de haber sido italianas".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué brutalidad!! No sé si se debe asociar o se trata de una desgraciada consecuencia a la campaña emprendida por Il Cavaliere contra la población gitana.

Sea como fuere, una imagen vale más que mil palabras, y la pasividad de la gente descrita y que, en cierta forma, se puede apreciar en la foto, es durísima.

Quique dijo...

Hola. "Pego"´aquí el comentario que he hecho acerca de esta noticia en otro blog.
Hace años apareció una foto de Javier Bauluz, prácticamente idéntica, que se tituló “La indiferencia de Occidente” y creo que le dieron el Pulitzer. Posteriores imágenes de vecinos atendiendo a las personas que venian en las pateras, pusieron en entredicho ese pie de foto.
Yo creo (en contra del dicho) que una imagen nunca vale más que mil palabras, porque una imagen a veces puede ser engañosa e injusta y las palabras siempre tendrán mucho más poder explicativo. Primero el enfoque: ¿están cerca, están lejos? ¿cuanta gente hay alrededor? , pero, lo más importante; ¿alguien se acercó a preguntar a la pareja de la foto porqué permanecían allí? ¿Y si estaban consternados? ¿y si se quedaron allí sentados, mudos, ante lo que acababan de vivir? ¿cómo se sabe que les había dejado indiferentes? ¿hubiera sido más respetuoso para las víctimas huir sin ni siquiera mirarlas?
En fin, la política de Berlusconi es vergonzosa y racista, y él es un tirano de la peor calaña, por eso la tentación periodística de hacer metáforas explicativas con las fotos es muy grande. De ahí a decir que esta pareja de italianos son unos racistas, animales sin ningún tipo de sentimiento hay un paso muy peligroso. Yo les daría el beneficio de la duda, por lo menos.
En casos parecidos, accidentes, etc. cuando ves que las víctimas ya están atendidas por profesionales, yo me he quedado muchas veces mudo, paralizado. A veces sin saber si seguir mirando o irme para casa.
Es decir, una foto así, me produce dudas. Me faltan las mil palabras.


Gracias y enhorabuena por vuestro blog. Con vuestro permiso lo enlazaré en el mio.

Anónimo dijo...

A Quique;
Puede que lleves razón; la verdad es que yo no me había planteado tu enfoque. Quizá en lo que discrepe de ti es que sigo pensando que las palabras engañan más que las imágenes (al menos las reales, si no las fotos).
Ciertamente, no sabemos nada de esos dos italianos en concreto, pero yo aún tiendo al pesimismo cuando se trata de pensar que hemos erradicado el racismo en Europa. Yo, por ejemplo, soy profesor de Secundaria y te puedo asegurar que te escandalizaría oir a mis alumnos hablar de los gitanos, negros, inmigrantes...
Desde luego, comparto contigo la idea de la hipocresía de la prensa y su capacidad de movilizar (siempre que convenga) la emotividad de la gente, pero respecto al racismo y la solidaridad, pienso que aún nos queda mucho trabajo.
En cualquier caso, es un placer discrepar contigo (en lo poco que discrepamos). Y muchas gracias por enlazarnos en tu blog.
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