2 de julio de 2008

El Foro de Curas de Madrid con Pagola

El teólogo José Antonio Pagola publicó recientemente un excelente trabajo de investigación histórico-teológica sobre la figura de Jesús de Nazaret, que lleva por título "Jesús. Aproximación histórica", editado por PPC. El volumen nos acerca, tras un exhaustivo y documentadísimo estudio de todo tipo de fuentes historiográficas, a un Jesús tan humano que se hace acreedor de aquellas palabras del teólogo de la liberación Leonardo Boff: "Sólo un Dios podría ser tan humano". Pagola nos acerca a un Jesús sencillo y comprometido radicalmente con la justicia, a un Jesús de los últimos, de los excluidos, de los pobres, de la mujer, de las minorías, y, al mismo tiempo, un Jesús feliz que afirma la vida en toda su plenitud (y no la sacrifica en pro de "otra vida post-mortem"). En definitiva, un Jesús que puede apasionar realmente y que recuerda bastante poco a Rouco y CÍA; digamos que, más bien, recuerda exactamente lo contrario. Y ahí está el problema.

Altos jerarcas del episcopado español (antievangélico, como sabemos) han reprobado la obra de Pagola, afirmando que "no presenta al Jesús de la Iglesia". Si por Iglesia se entienden a ellos mismos, entonces llevan razón: El Jesús de Pagola no discrimina a la mujer, ni a los homosexuales, ni está con los poderosos, ni va por la vida condenando y moralizando, ni prohibe el sexo (o lo limita a la procreación), ni prohibe los anticonceptivos, ni, ni, ni...

El respuesta a este nuevo esperpento clerical, el Foro de curas de Madrid ha redactado un comunicado de apoyo a Pagola, que creo puede ser de interés para aquéllos a los que interese, de algún modo, Jesús y el cristianismo. Os dejamos, sin más, con el Foro:

Declaración del Foro Curas Madrid

El JESÚS de José Antonio Pagola, es el de la fe de la Iglesia Católica

El Foro Curas de Madrid, que cuenta en estos momentos con ciento once asociados, no podíamos ver con indiferencia la impugnación que, de una manera impropia e injustificada, han realizado algunos miembros de la Iglesia contra el libro (JESÚS, Aproximación histórica) de José Antonio Pagola, exégeta-teólogo y profesor de teología.

1. Volver a Jesús

Todos sabemos, y nos lo ha confirmado lúcidamente el Vaticano II, que una cosa es el cristianismo originario y otra el cristianismo histórico, y que este último acumula a veces abusos y contradicciones que enturbian y dañan la naturaleza del cristianismo originario. Es un deber en tal caso, volver a las raíces, al Jesús histórico que sustenta nuestra fe, observar los avatares y evolución de la tradición, y emprender un estudio que, si no puede proporcionarnos una imagen biográfica perfecta de Jesús , sí por lo menos una aproximación histórica lo más rigurosa y honesta. Por otra parte, viviendo en el siglo XXI, los "teólogos, según el Vaticano II, deben colaborar con los hombres versados en otras disciplinas y lograr de esta manera presentar a nuestro contemporáneos la doctrina de la Iglesia sobre Dios y la concepción cristiana del hombre y del mundo, de un modo que les sea más adaptado y, a la vez, más gustosamente aceptable por ellos" (GS, 62).

Con satisfacción y reconocimiento vemos que ha sido ésta la búsqueda emprendida por el autor:

"Mientras escribía estas páginas he pensado en quienes, decepcionados por el cristianismo real que tienen ante sus ojos, se han alejado de la Iglesia ... Por desgracia han conocido a veces el cristianismo a través de formas decadentes y poco fieles al Evangelio" (Pág. 8).

Para Pagola la persona de Jesús sigue enormemente ignorada y en muchísimas personas no ha representado nada en serio. Y, en ese sentido, sufre cuando oye decir de muchos que han dejado la religión para vivir mejor. "¿Mejor que con Jesús?", se pregunta.

"En este trabajo he buscando aproximarme a la figura histórica de Jesús, estudiando, evaluando y recogiendo las importantes aportaciones de quienes están hoy dedicados de manera más intensa a la investigación de su persona" (Jesús, pág. 6).

2. Una narración histórica de la vida de Jesús rigurosa y honesta

Cuantos firmamos este documento, somos viejos lectores del cristianismo. Pero, acaso, no hemos tenido tiempo , medios y circunstancias para conseguir una presentación tan clara, serena y atractiva de la persona de Jesús como la que nos presenta José Antonio Pagola. Un mérito suyo enorme, por el trabajo, el tiempo, la dedicación y la tenaz investigación invertida. No ha sido –y queremos que lo sepa expresamente- una labor en vano, ha sostenido e incrementado la fe de muchos. A nosotros, como a él, nos acuciaba el deseo de saber quién es Jesús, qué Jesús está en el origen de nuestra fe.

Frente a quienes, devorados por un ansia de ortodoxia descontextualizada y estéril, han dicho que "el Jesús de Pagola no es el Jesús de la Iglesia", que "lo ha adulterado", que es un "Jesús vaciado y rellenado", nosotros le decimos que su "Jesús", el real , lo hemos hecho más nuestro, lo hemos conocido más y mejor, y podemos reafirmar como el autor:

"Con Jesús nos empezamos a encontrar cuando comenzamos a confiar en Dios como confiaba él, cuando creemos en el amor como creía él, cuando nos acercamos a los que sufren como El se acercaba, cuando defendemos la vida como El, cuando miramos a las personas como El las miraba, cuando nos enfrentamos a la vida y a la muerte cono la esperanza con que Él se enfrentó, cuando contagiamos la Buena Noticia que él contagiaba" (Pg. 9).

La realidad de la persona de Jesús es como fue y no como cada uno la quiere entender o inventar. "No me interesa vivir, escribe Pagola, de un Jesús inventado por mí o por nadie". Y a la rigurosa búsqueda del sabio, acompaña la humildad:

"Me siento lejos de haber captado todo el misterio de Jesús. Sólo espero no haberlo traicionado demasiado" (Pg. 9).

La realidad de Jesús es la que, con rigor esmerado, según el método y requisitos de la investigación histórica, es la que nos transmite el libro de José Antonio Pagola. Podía haber estudiado otras cosas, otros momentos de la historia cristológica, de los concilios, de las definiciones dogmáticas, etc. No era ese su objetivo. El buscaba otra cosa:

"He querido recuperar la "buena noticia" que él encendió en la vida de los que lo conocieron. El Jesús narrado por los evangelistas es más vivo que el catecismo; su lenguaje, más claro y atractivo que el de los teólogos... ¿Qué es lo que " nuevo" y de "bueno" percibieron en su actuación y mensaje los que le conocieron? Esto es lo que he querido estudiar y contar con palabras senillas a los hombres y mujeres de hoy" (Pg. 6).

Quien lea los quince capítulos del libro de Pagola, desde el 1. JUDIO DE GALILEA, hasta el 15. BUSCANDO EL NOMBRE PARA JESÚS, va a sentirse como por primera vez ante la vida de un hombre mil veces contada, pero con un interés, una frescura, un realismo y una documentación que le va a gratificar interiormente, hacerle sentir seguridad y paz y como un redescubrimiento de su fe acompañado de una reenardecida apuesta por Jesús. No caerá en la estrechez de una cierta teología:

"La reflexión teológica es necesaria e indispensable para ahondar en la fe cristiana, pero no podemos permitir que quede encerrada en conceptos y esquemas que van perdiendo fuerza en la medida en que la experiencia humana va evolucionando" (Pg. 7).

3. Una deuda fraterna con el autor

Los cristianos vivimos la fe en comunidad. Nadie comienza a creer por sí solo y sin dependencia de nadie. Vivimos conviviendo y convivimos en un determinado horizonte histórico, comunitario y cultural. Hoy la comunidad eclesial, heredera de un pasado de siglos, sigue creando, incorporando las nuevas aportaciones de las ciencias y resituando su visión de la realidad con más conocimiento y acierto. Eso nos está aconteciendo también en la Iglesia. En ella hemos tenido, y los tendremos siempre, profetas, santos, reformadores, mártires, sabios, investigadores... que nos ayudan a vivir la fe.

José Antonio Pagola ha escrito bien claro lo que pretendía con este su libro. Y creemos que lo ha logrado. El ha puesto al servicio de todos su investigación, sus múltiples conocimientos sobre la persona de Jesús, su estilo claro, preciso y atrayente, nos ha abierto su interioridad, nos ha comunicado sus pensamientos, nos ha sacudido y seguramente nos ha hecho más cercana y atractiva la persona de Jesús y nos ha llevado más hacia él.

Por justicia y para gozo y estímulo de su corazón, podemos decirle que, al igual que en él cuando iba elaborando su libro, también nosotros a medida que lo íbamos leyendo nos íbamos poseyendo de una serie de convicciones que compartimos con él:

Nos ha ayudado a descubrir:

- Que Jesús es lo más importante de la Iglesia, lo mejor para ofrecer y comunicar al mundo de hoy y, por lo mismo, debemos ponerlo en el centro del cristianismo; que, a partir de Jesús, descubrimos mejor, quién es Dios, qué Dios se encarna y revela en él; que para Jesús lo más importante es el Reino de Dios, implantar SU proyecto sobre la historia, construir la vida tal como Dios lo quiere; que, para contar entre quienes lo siguen, debemos dedicarnos a la construcción de ese Reino, con los rasgos básicos que a él le caracterizaron: poner en el centro de nuestra vida a los pobres, situarnos en la perspectiva de los que sufren viviendo con compasión, acercarnos a las personas en su situación concreta mediante la acogida sin exclusiones, fronteras ni discriminaciones, amar a la Iglesia para que se convierta a Jesús y a su proyecto (una Iglesia que la gente la sienta como "amiga de pecadores", que busca a "los perdidos", donde la mujer ocupe el lugar realmente querido por Jesús, una Iglesia preocupada por la felicidad de las personas, que acoge, escucha y acompaña a cuantos sufren...), asumir la crucifixión en comunión con Jesús y los crucificados de la historia; confiar en Dios , Padre de todos y sembrar la esperanza de Jesús contra toda esperanza; vivir y morir con la esperanza de Jesús:

"Al morir, Jesús dio un fuerte grito. En el grito de este hombre rechazado y ejecutado, por buscar la felicidad de todos, está la verdad última de la vida. En el amor de este crucificado está Dios mismo, identificado con todos los que sufren, gritando contra todas las injusticias, torturas y abusos de todos los tiempos... Los seguidores de Jesús nos atrevemos a esperas la respuesta definitiva de Dios allí donde Jesús la encontró: más allá de la muerte. La resurrección de Jesús es para nosotros la razón última y la fuerza diaria de nuestra esperanza. ¿Dónde puedo encontrar yo un fundamento más sólido para vivir y morir con esperanza?" (Jesús, pgs. 463-470).

Con este escrito queremos hacer llegar al autor el sentir natural de tantos cristianos que, sin prejuicios, intereses ni manipulaciones ideológicas, han leído con provecho, admiración y gratitud su libro. Las críticas que se le han intentado hacer no vienen a cuento, no tienen fundamento, no desvirtúan su sólida y actualizada investigación y -lo menos cristiano- no parecen estar dictadas por el amor y un talante de leal y fraterno diálogo.

Compartimos con el autor su ilusionada búsqueda de Jesús de Nazaret, agradecemos su enorme esfuerzo en esta hermosa y gran obra y podemos acreditar que a nosotros y a otros muchos les ha servido para purificar y aumentar su fe.

FORO CURAS DE MADRID

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