"¡Vaya! Parece que el político más fotografiado en la marcha del millón (je, je) de almas del pasado sábado no debería haber estado allí. Con su cada vez más conseguido soniquete de curilla sermonero, Juan Manuel De Prada desenmascaró ayer en Cope al fariseo que se bañó en la multitud con argumentos -¡lo que son las cosas!- muy parecidos a los que utilizó José Blanco. Anoten: “Conviene recordar que el Gobierno de José María Aznar durante los ocho años que se mantuvo en el poder no sólo no modificó la ley actualmente en vigor, permitiendo además que se convirtiera en un coladero fraudulento, sino que aprobó la comercialización de la píldora abortiva, y que autorizó la experimentación con embriones humanos”.
Vamos, que deberían haber expulsado a Aznar a latigazos del templo de campaña que se montaron en Madrid los autoproclamados defensores de la vida. No me acusen de exceso verbal. Es, cambiando el látigo por el zapato, el trato que proponía el mismo De Prada -esta vez en ABC- para Dolores de Cospedal por haber defendido la actual ley: “Las obscenas declaraciones de Cospedal nos demuestran, en fin, que la transformación social que promovemos quienes defendemos la vida no puede contar con esa patulea de hipócritas redomados que anida en la política; la próxima vez que nos los encontremos en una manifestación tendremos que echarlos a patadas. Consensuadamente, pero a patadas”. La cruz, cerca de la espada, por si acaso".
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