7 de octubre de 2009

Irlanda dijo "Sí"

Como de todos es sabido, Irlanda dijo sí al Tratado de Lisboa: cayó en la trampa mediática de que se quedaría en la más absoluta pobreza, con paro sin remedio, etc, etc, si votaba “no”. Como yo les digo a mis amigos irlandeses que han votado “sí”, ahora ya están de enhorabuena: la Europa de Lisboa les solucionará todos sus males, acabará con la crisis, acabará el paro, serán una sociedad moderna, rica, próspera, terminarán todos los problemas de seguridad, se resolverán todos los problemas relacionados con la inmigración y, seguramente, hasta les cambiará el clima (dejará de llover tanto, hará menos frío y se podrán bañar en la playa y tomar el sol).

Ya lo vaticinábamos aquí hace pocos días: cuando el sistema quiere algo, lo quiere y punto. El resto es cuestión de tiempo. Las armas son la constancia, la perseverancia y otras que a nosotros nos están vedadas por la moral, como la mentira, la manipulación, la extorsión, las amenazas, etc. Pero, en lo relativo a lo primero, la constancia, sí que podíamos ir aprendiendo los que nos consideramos más adeptos (por militancia o por simple simpatía) a la “resistencia”.

Debo reconocer, nobleza obliga, que personas más preparadas, formadas, cultas y socialmente comprometidas que yo, están a favor de la Europa de las constituciones (hasta que se aprueben) y de Lisboa. Eso, a nada que uno no se crea dogmáticamente en posesión de la verdad siempre, me abre una puerta a la esperanza: “a lo mejor, no es tan catastrófico como me temía”. Un amigo mío, un intelectual muy comprometido social y políticamente, de setenta años, me decía al discutir sobre estas cuestiones: “Los que nos tuvimos que aprender el mapa de Europa siguiendo la estela de Hitler a su paso por ella, estaremos siempre a favor de la construcción de una Europa unida y fuerte, con todos los fallos que sean en el proceso de dicha construcción”. Puede que lleve razón. A mi modesto entender, creo que esto (como todo en política) es sólo cuestión de perspectiva, del punto de vista que se adopte, que diría Ortega: si miramos hacia arriba (los que están mejor que nosotros) concluimos una cosa; pero si miramos hacia abajo, hacia los pobres de la Tierra, creo sinceramente que concluimos la contraria.

De fondo subyace el viejo, y ya aburrido, debate entre “reforma y revolución”. Del primer lado, caen los que dicen: “pero es que no hay otro camino, es que esto es lo que quiere la gente y lo acorde con su ritmo de cambio, es esto o nada; o peor, esto o la fragmentación, esto o la involución, esto o el resurgir del fascismo, etc, etc”. Del otro lado, estamos los que decimos: “pero, por esa regla de tres, si los que queremos otro estado de cosas completamente diferente, nos conformamos porque es lo que hay de momento, ¿quién defenderá, entonces, el ideal, la utopía”?

Yo sigo sin creerme las promesas de estos gerifaltes europeos-liberales; tengo bastante poca confianza en la construcción de un proyecto con gente como Sarkozy, Merkel, Berlusconi, etc de por medio. Y, lo más importante para mí: detecto que siguen pasando los años, los lustros, y el problema del hambre en el mundo, de la desigualdad e injusticia económicas, del medio ambiente y de la paz mundial, parecen ser cosas para las que hay poca prisa. Muy poca prisa.

Y los impacientes con esto de otro orden mundial, que se anden con cuidado (véase Estambul): si salen a la calle a manifestar su resistencia al sistema, pueden asfixiarse ante los gases lacrimógenos de la policía del régimen, perder la nariz ante sus pelotas de goma dura o, simplemente, morir. ¡Ay, si Aldoux Huxley o George Orwell levantaran la cabeza!

No, hombre: que éste es el sistema de la libertad y los derechos, dicen. Hay que apoyar las instituciones “democráticas”, persisten.

Poca prisa. Muy poca prisa.

4 comentarios:

Javier dijo...

No se trata de que Europa tenga o no una constitución, sino de que tenga o no ESTA constitución.
Yo quiero una constitución europea, y mundial¡¡¡ Pero no esta. Quiero una constitución que proteja la libertad de las personas, no la de los mercados.

ENFOCA Y VENTE CONMIGO dijo...

Javier:
Soy el autor del post y, naturalmente, tenemos la misma idea y el mismo sentimiento. Tú y yo estamos en el bando de los impacientes (al menos, ideológicamente).
Pero sí que es verdad que mucha de la gente que votó "sí" tampoco está realmente a favor de esta constitución, pero piensan que hay que hacer primero la Europa unida y, una vez construída, irla mejorando cada vez más. ¿Tienen menos prisa? No lo sé.
Por otra parte (y me incluyo yo el primero), los que estamos en contra, aún no nos hemos movido lo suficiente para hacerle llegar (a los gobiernos y a la sociedad) otro modelo alternativo de Europa, tanto en los contenidos como en el proceso de construcción(que quisiéramos de democracia directa y no representativa o de referéndum).
De momento, Goliat le sigue ganando la pelea a David.
Aunque tengo muchísima esperanza de que eso cambie.
Un fuerte abrazo y gracias por tu matización: me ha gustado mucho.

Javier dijo...

Buenos días:
En primer lugar, gracias a vosotros ¡!

Si me dicen que esta constitución se mejorará, seré el primero que vote sí. Pero si ocurre como con la de España, que es intocable y ay del que se le ocurra cambiarle una coma.... uf. Viendo cómo están los tiempos parece que se tratará de eso: aprobarla lo más "democráticamente" posible para luego poder decir:
"Es que la Pepa Europea (a todo esto, podríamos llamarla Europepa), que os recuerdo no la hemos creado los políticos sino que goza con la legitimidad de todas y todos los europeos, dice claramente que... AMÉN".

En cuanto a lo de Constitución alternativa estoy de acuerdo, hay que proponer otra cosa; pero creo que en cuanto a ideas generales y ámbitos la cosa está más o menos clara. Lo que sí que falta es hacer ruido, crear aún más debate.

Un fuerte abrazo.

ENFOCA Y VENTE CONMIGO dijo...

A Javier:
Estamos totalmente de acuerdo, amigo.
Un abrazo.

Rebelion

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