28 de mayo de 2010

Contra el desgobierno de España

Extrañamente, es ABC quien publica esta reflexión del excelente Esteban de Manuel, viejo amigo nuestro por cierto. Lo de ABC supongo que es por no dejar puntada sin dar (a un lado y a otro se puede sacar provecho). Pero vamos: en una situación en la que el PSOE (el “partido de los obreros”) es el que asume sin temblarle el pulso las doctrinas de la Escuela de Chicago y de la española FAES, y las políticas brutalmente neoliberales del FMI y de la OCDE, y en la que el PP se erige en el defensor de los pensionistas (siendo que Aznar, cuando gobernó también las congeló), ya no me extraña nada. Ahora ABC es el estandarte del pensamiento más crítico y de izquierdas. Empiezo a entender el cabreo con él de Jiménez Losantos.

Y sin más, os dejo con nuestro amigo Esteban:

“Cualquier ciudadano, sea afín a algún partido o no lo sea, sea del PP o del PSOE, sea simpatizante de un partido parlamentario o extraparlamentario, quizá esté de acuerdo conmigo en que urge reaccionar como ciudadanos ante el Desgobierno de España. Este Desgobierno no supo anticipar la crisis que se avecinaba en época de vacas gordas, lo cual ya es grave, porque el gobierno estaba en posición privilegiada, rodeado de suficientes asesores, como para saber que toda burbuja especulativa, como lo era la inmobiliaria, termina explotando.

Un buen gobierno hubiera empezado hace seis años a diversificar el modelo productivo, lo que ahora llaman cambiar el modelo. Y cuando estalló la crisis, un buen gobierno, la hubiera reconocido a tiempo en lugar de negarla y tratar de convencernos de que estábamos en «desaceleración económica». Y luego, cuando estalló la burbuja financiera, un buen gobierno hubiera visto la oportunidad de aprovechar la crisis bancaria para recuperar el poder político que sobre la economía venían imponiendo los mercados financieros.

Un buen gobierno hubiera animando a hacer un esfuerzo colectivo, en el seno del G-20, dónde tanto interés mostró en estar invitado, y en la ONU, para crear herramientas de control democrático sobre los movimientos especulativos, los paraisos fiscales, y los organismos financieros internacionales. Y no hubiera dado un cheque en blanco a los bancos para luego rogarles que prestaran dinero a las pequeñas empresas y a las familias.

Un buen gobierno se hubiera dado cuenta de que necesitábamos lo que el neoliberalismo, adoptado como «pensamiento único», les había hecho creer que sobraba: bancos públicos, particularmente el banco hipotecario.

Y un buen gobierno no hubiera malgastado los fondos públicos, ya escasos, en adoquinar España, en nombre del Plan E, de forma precipitada, para un año después darse cuenta de que las arcas estaban vacías y la inversión en adoquines no había servido para avanzar hacia un nuevo modelo económico.

Un buen gobierno hubiera tomado la iniciativa para equilibrar las cuentas, incrementando los ingresos y reduciendo los gastos, a través de un gran pacto de estado, de un nuevo contrato con los ciudadanos.

Pero no tenemos un buen gobierno, más bien tenemos un desgobierno. Un desgobierno que ha vuelto a improvisar medidas por presiones externas, de forma precipitada e injusta. Es injusto e indigno reducir los fondos de cooperación al desarrollo. Significa que este desgobierno nunca ha entendido la importancia de la cooperación al desarrollo para avanzar hacia un mundo más justo, diferente, basado en otro modelo de relaciones. Es injusto congelar las pensiones y es injusto reducir el salario a los funcionarios. No es que no se pueda hacer. Pero no son las principales ni las primeras medidas a tomar. Portugal, sin ir más lejos, no lo ha hecho. Y Portugal, sin ir más lejos, ha tomado las medidas que ha considerado oportunas por acuerdo nacional.

Las medidas tomadas por el Desgobierno de España son injustas porque recaen casi exclusivamente en quiénes menos han influido en generar la crisis. Esta crisis la han generado los especuladores, del ladrillo y de los fondos de inversión, con gravísima responsabildad de los bancos y connivencia grave de los ayuntamientos y el estado. No han sido los funcionarios sino los políticos. Los funcionarios saben bien cómo se podría ahorrar gasto público en la administración, pero no les han preguntado. En plena crisis se ha seguido malgastando el dinero público con «cultura» de nuevos ricos.

Los ciudadanos, seamos o no funcionarios, seamos o no pensionistas, seamos de un partido o de otro o de ninguno, no deberíamos permitir que siga este Desgobierno. Si yo fuera del PSOE sería el primer interesado en dar el mensaje a la sociedad de que necesitamos elecciones generales y que no se presentará Zapatero. Si no lo hacen tendrán que pasar por la oposición y se lo habrán ganado a pulso. Pero eso no me preocupa. Me preocupa que este desgobierno de neoliberal tinte rosa, tenga un discurso tan inconsistente. Y que la consecuencia del mismo sea una grave quiebra democrática. Aquí no gobierna nuestro Desgobierno: gobiernan los mercados financieros. Y ellos, los que nos desgobiernan, lo saben, pero no tienen en el coraje de admitirlo. Ciudadanos: nos toca reaccionar contra este Desgobierno. Nos va mucho en juego. No sólo estamos perdiendo los empleos y las empresas, estamos viendo como se vacía de contenido la democracia”.

( Esteban de Manuel. Arquitectura y Compromiso Social ).

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