El miedo

Ciertamente las desapariciones del niño Yeremi en Gran Canaria y de la niña Madeleine en Portugal han conmocionado a la sociedad. Como padre se me hace insoportable la idea, sólo la idea, de que tuviera que vivir el resto de mi vida sin saber dónde está uno de mis hijos. Asusta pensarlo, da pavor.

¿Quién saca provecho de este miedo?

Me han contado ya tres veces la misma historia, ocurrida en tres barrios distantes de Sevilla. El otro día un rumano se llevó, o se intentó llevar según las versiones, un niño que estaba jugando en un parque. Justo como aquella cadena que circulaba por internet acerca de un niño que, en un cuarto de baño de unos grandes almacenes, estaba siendo rapado por dos rumanos. Cadena falsa, naturalmente. Normalmente pongo en tela de juicio esas historias, pero he de reconocer que el miedo provocado por las dos desapariciones recientes me hizo picar la primera vez.

Claro, cuando la noticia la recibes por segunda vez, pero en otro barrio... Y luego otra vez más... Y no ves nada en los periódicos, sumas 2 y 2 para concluir que se trata de un bulo.

Desde luego usar el miedo de la gente a la desaparición de niños y meterle el asunto de la inmigración produce una historia de terror que muchos quieren comprar.

Y digo yo, en plena campaña electoral ¿quién saca provecho de este miedo?