No es la primera vez que escribimos acerca de esto, pero es que de un tiempo a esta parte no paran de lanzarnos mensajes condescendientes y escandalosamente optimistas acerca de la situación económica mundial.Esta vez ocurrió el pasado lunes 30 de abril, en una entrevista de Carlos Herrera a Ana Palacio, la ex-ministra popular que pasó de la Guerra de Irak a la vicepresidencia del Banco Mundial. Como vicepresidenta fue entrevistada. Estuvieron hablando de la situación económica mundial y la señora Palacio se mostró muy optimista a la par que imprecisa en cuanto al fin de la pobreza, pues los datos económicos de la mayoría de los países pobres animan a ello. Sin especificar qué datos ni qué países.
Por supuesto, los datos que maneja el Banco Mundial son macroeconómicos, no nos hablan del bolsillo de las familias de estos países. Lo cual nos daría una visión real de la extrema pobreza en la que viven millones de personas hoy en día, que siguen muriendo de hambre sin que se vea, ni se quiera, una solución próxima.
Para que se hagan una idea de la falacia de los datos macroeconómicos se nos ocurre un ejemplo muy cercano: la macroeconomía dice que, en los dos últimos años la España ha crecido y es un país más rico. Sin embargo, que levante la mano el que hoy llegue a fin de mes más holgadamente que hace dos años.
Seguramente quien haya levantado la mano no tiene hipoteca y/o ha invertido en ladrillo, lo cual no representa a la familia media española.
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