5 de agosto de 2008

Lo más importante para el PSOE

Es muy triste ver como el PSOE y su gobierno basan los próximos años en políticas “sociales” que afectan a la inmensa minoría de la población e interesan todavía a menos personas: laicidad, aborto, eutanasia. Así ha concluyó hace algunas semanas su congreso. Son temas muy vistosos: una cortina de humo para tapar que no se tienen ideas o que no son capaces de llevar a la práctica políticas de izquierda de verdad.

Yo, iluso de mí, creía que la izquierda se caracterizaba por buscar siempre mayores cotas de justicia social y por tanto se centraba en: reducir paro, luchar contra las causas de la inmigración que no contra los inmigrantes, reducir los 8 millones de pobres que hay en España (1 millón en pobreza severa), en reducir la precariedad laboral (es decir, siniestralidad laboral), perseguir a las redes de prostitución y narcotráfico… por nombrar solo algunas.

¿De verdad que no se puede avanzar en estos terrenos aún en tiempos de crisis? Creo sinceramente que si y que muchos ciudadanos lo apoyarían. Bastaría reducir significativamente el programa de desarrollo e investigación militar camuflada muchas veces bajo I+D. Se quita dinero para matar y se invierte en que muchos puedan vivir más dignamente. Por ejemplo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde luego, suscribo la línea argumental del artículo pero discrepo frontalmente de los ejemplos que aporta como "no importantes" para la gente. Es más, creo que se deberían hacer ambas cosas: luchar por la justicia y la solidaridad, en primer lugar, pero no olvidar en absoluto los otros retos sociales: aborto, eutanasia y laicidad, como nombra el articulista.
Respecto al aborto, creo que el Gobierno debe luchar por construir una sociedad lo más ideal, desde el punto de vista ético (por ejemplo, yo vería bien trabajar por educar a una sociedad que erradicara por sí misma el aborto, pero, bajo ningún concepto, aceptaría una legislación que metiera en la cárcel a la mujer que aborte).
Respecto a la eutanasia, creo que un Estado moderno debe permitir la libertad de los individuos para decidir, libre y dignamente, cuándo y cómo quieren morir. Para oponerse a eso (que para mí es obvio), ya tenemos al Papa y los obispos; no necesitamos un gobierno socialista para ello.
Y respecto a la laicidad, creo que su ausencia es, precisamente, uno de los lastres de nuestro país. Al PSOE le faltan agallas para empujar al país hacia el laicismo. Yo aspiro a una sociedad en la que sean los ciudadanos los que gestionen la vida social y política, y no el estamento clerical. Me parece medieval que la Iglesia aún tenga los privilegios y prerrogativas de que goza.
Creo que no aceptar estas matizaciones sólo se debe a prejuicios religiosos, o "pseudoreligiosos". Pero éstos no deben interferir en la vida social, donde cada vez más personas no desean tener a los obispos por interlocutores.

Rebelion

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