4 de agosto de 2008

Más muertos en pateras

El 25 de julio pasado apareció un cayuco en Tenerife con noventa inmigrantes africanos, uno ya cadáver (por hipotermia, por la que tuvieron que hospitalizar al resto) y, al menos, nueve menores de edad: niños. Niños muertos de hambre, niños muertos de frío.

Y no es la primera vez en este mes: el 11 de Julio apareció otra patera con cuatro muertos (literalmente). Y el drama humano continúa.

Y es que el hambre no sabe de frío, ni de océanos ni mares, ni de arriesgar la vida. De todas maneras, en su país les esperaba la misma muerte pero más lenta, con alevosía (dicen los médicos que morir de hambre es de lo más doloroso que existe físicamente). Pero, como digo, esta tragedia está lejos de acabar. Y mientras el neoliberalismo siga fabricando empobrecidos en serie, este dolor va para largo.

Allí no hablan (ni se quejan) de la crisis, ni discuten si su drama es "crisis o desaceleración", ni lloran por la subida de los tipos de interés, ni mucho menos, se preocupan de si un terrorista hace o no huelga de hambre. Porque la de ellos es una "huelga" permanente y eterna, porque su hambre no es una "reivindicación": es la condena a que los somete este Occidente postmoderno y satisfecho.

Mientras, nuestros gobernantes seguirán gastando nuestro dinero (y el de ellos) en cumbres internacionales en la que, para hablar del hambre, celebran comidas de diecinueve platos. Y seguirán utilizando a los pobres para adornar sus agendas políticas. ¿Y aquí nadie grita?, ¿nadie llora?, ¿nadie alza la voz diciendo "basta"? No; aquí les seguiremos votando.

Espero ansiosamente que se cree otra plataforma "Basta ya", pero contra el terrorismo del hambre.

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