5 de septiembre de 2009

ALFONSO USSÍA: LA ESPAÑA DE PANDERETA

Esto es España. Y no tiene pinta de que vaya a cambiar. ¿Quieren vds verlo, quieren comprobar cómo, en pleno siglo XXI, se expresa en su "periódico" (que no nombro por no mancillar la palabra "periódico") el "liberal" Alfonso Ussía?

Es que resulta que éstos son los que después acusan a la izquierda de "resucitar los viejos fantasmas" y todas esas estupideces que leemos en mucha estúpida prensa y estúpida radio.

Les dejo, para ello, con Javier Vizcaíno, del diario Público:

"Parecía que había resucitado Gila a principios de semana, cuando todos los periódicos, incluido éste de nuestros pecados, coincidieron en titular “Cayo Lara explica al Rey sus planes para llegar a la tercera República”. Minipunto para el Borbón, que engordaba la leyenda de su campechanía ahora barbada, y treinta segundos de focos para el dirigente de Izquierda Unida, como recompensa por no haber requisado la vajilla de Zarzuela para el soviet de Vallecas. Todos contentos, ¿no? Pues no. El requetemonárquico (o requeté monárquico, no sé) Alfonso Ussía se mostraba ayer muy ofendido en La Razón, entre otras cosas, por el vestuario del huésped: “Cayo Lara, el político gubernamental que no abre la boca con el creciente paro laboral, se presentó en La Zarzuela vestido de comunista de salón. Y con el pin republicano”.

Vaya por Dios -o por Lenin-, debió de ser una tremenda afrenta para alguien que lo recibió, según se puede desprender de la descripción del propio Ussía, disfrazado de banquero: “El Rey le aguardaba con una corbata roja, regalo visual al visitante. Una corbata de rojo vivo, como las que se ponen Emilio Botín, sus consejeros y directores para dar una imagen corporativa”, se engorilaba el defensor de las esencias regias y probable accionista del Santander.

Pero no se lo crean. La cosa no iba de pines tricolores ni de corbatas de tiburón financiero. Hacia el final de la columna llegaba el consabido y aún vigente “¡No ganamos una guerra para esto!”. Y casi al pie de la letra, como pueden comprobar: “Pero eso. La caspa de lo viejo, de lo nunca renovado, de la imbecilidad fracasada. Ellos siguen en una guerra que perdieron cuando Cayo Lara no era ni ilusión de vida”. Faltaba datar el escrito: “Año 70 de la Victoria”.

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Cambiemos la naftalina por la chamusquina. A eso huele el editorial de ayer de El Mundo, que después de trienios de palo a Alberto Ruíz-Gallardón, entregaba al alcalde de Madrid su más dulce y compasiva zanahoria para pasar el trago del bofetón olímpico. Lean: “El alcalde ha hecho lo que estaba en su mano para que Madrid organice los Juegos de 2016 y, lo consiga o no, jamás será un fracaso porque se trata de una aspiración en beneficio de los ciudadanos y que ha contribuido a mejorar las infraestructuras de la capital”.

¿Gato encerrado? Dejemos que lo descubra el gran justiciero de las ondas, que volverá con hambre atrasada, como ya todo el mundo sabe, el 7 a las 7. Más carne para la máquina".

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