28 de septiembre de 2009

Un obispo malvado

Juan Torres López
Ganas de escribir

El secretario de la conferencia episcopal española, Martínez Camino, ha criticado que Izquierda Unida haya propuesto que el Congreso de los Diputados condene las mentiras del Papa Benedicto XV sobre los preservativos y el SIDA.

Para descalificar la propuesta Martínez Camino dice, entre otras cosas, que Izquierda Unida es un grupúsculo "con muy poca trayectoria de legitimidad democrática y de respeto con los derechos humanos”.

Y lo dice él, un jerarca de la iglesia que ha apoyado a todas las dictaduras de derechas que ha habido y bendecido sus crímenes.

Ese obispo no podría citar ni un solo acto de Izquierda Unida contra los derechos humanos o contra la democracia (entre otras cosas, porque si los hubiera habría sido condenada o sería una fuerza política ilegal en este país). Por el contrario, hay miles de crímenes contra los derechos humanos y contra la demcoracia que han sido amparados por la jerarquía católica o cometidos directamente por ella.

Por eso hay una simple palabra que califica su comportamiento: maldad. Martínez Camino es malo. Si sigue así, y si es verdad que existe el Infierno, se puede ir preparando para arder con los demonio por toda la eternidad. Al menos, eso es lo que dicen que nos pasará a los demás si cometemos ese tipo de maldades. Que se aplique el cuento a él mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy al mil por cien con Juan Torres. Pero, em realidad no dice nada nuevo: que Mnez Camino, Rouco y CIA son malvados, mentirosos y un obstáculo al progreso y a al avance de los derechos humanos, y de la sociedad en general, es una obviedad. Son gentuza sin escrúpulos que sólo está para lo que está: mantener su poder y ganar mucho dinero (en efectivo o patrimonio, o ambos), para estorbar a la sociedad e impedir el progreso moral. Y me importa muy poco, admirado Juan Torres, si van al infierno o no; lo que me fastidia es que están creando aquí un infierno para los demás.
Pero, como dijo Luther King: "No desprecio tanto el mal de los malos como el silencio de los buenos". Que el episcopado haga lo que hace no es de extrañar; pero lo que sí me resulta escandaloso es que el catolicismo de base (me refiero a los supuestamente comprometidos por la justicia, progresistas, de izquierda, etc) no sean más beligerantes con ellos, no luchen más por echarlos de una vez. Al final, con su silencio (cuando no directa defensa de ellos) acaban justificándolos siempre.
Y ya el colmo de la incoherencia lo veo en ciertos movimientos militantes cristianos de izquierdas, muy comprometidos con la causa de los pobres, muy anarquistas y libertarios en lo ideológico, que critican demoledoramente todo poder en la tierra...menos el eclesiástico, al que justifican siempre. Me parecen o cobardes o incoherentes...o las dos cosas.
En razón de su cristianismo y de su amor a la Iglesia, tendrían que ser mucho más beligerantes con estos canallas de jerarcas. Los dirigentes políticos a los que destrozan dialécticamente (curiosamente, más cuanto más de izquierdas sean) al menos no actúan en nombre de Dios. Pues los destrozan porque "no son coherentes con el espíritu de la izquierda", dicen. Sin embargo, callan, justifican, defienden siempre al papa y los obispos, que son menos coherentes aún con el Evangelio.

Rebelion

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