16 de junio de 2010

Autorretrato del PP

Pienso que hay un método para descubrir la verdad o mentira de los políticos. Basta con escucharles. Sus palabras son espejo de su alma. Refiriéndome ahora al PP, se advierte enseguida que las palabras de unos y otros repiten lo mismo en todas partes, pero con tonalidades distintas. Está la palabra elegante de Cospedal, la blanda de Saenz de Santamaría, la sardónica de Pons, la montaraz de de Pio G. Escudero, la camaleónica de Rajoy.
Todas con el mismo fondo musical. Llevan semanas, meses y años diciendo lo mismo: “Nosotros somos el Partido que debe gobernar España, el único leal a su historia; al actual del PSOE no lo admitiremos jamás, y le negaremos toda colaboración. Lo venimos demostrando en el Parlamento, en las Leyes que promulga y en la calle. El Gobierno actual, es decir, Zapatero, no ha hecho nada bueno, ha ido de error en error, no tiene proyecto, está acabado y esto lo repetimos a diario a todos los españoles: no se puede pactar con el PSOE, nuestro objetivo es desacreditarlo, desgastarlo, hundirlo, porque el bien de España pasa por nuestro Partido.
El del PSOE es una desviación pasajera, muy peligrosa, que hay que corregir. No tenemos alternativas y no las explicamos aunque todo el mundo las espere y exija; aunque nos quedemos solos frente ante todos los Partidos; aunque sostengamos que el Gobierno ha negociado torpemente con ETA; aunque nuestros diputados hayan votado unánimemente la guerra del Irak desoyendo el clamor del pueblo; aunque hayamos ridiculizado la Ley de la Educación para la Ciudadanía; aunque vayamos contra las Instituciones cuando no nos convienen; aunque reiteremos que la corrupción masiva que se nos imputa es de individuos particulares y no del PP; aunque ignoremos a Garzón como juez excelente; aunque exijamos que Bono declare todo su patrimonio y no exijamos lo mismo para nosotros; aunque achaquemos todos los males de la crisis actual a incompetencia exclusiva y extrema del Sr. Zapatero y le digamos a la cara “váyase”, etc.
Ésta es una lista corta, accesible, recitada día a día. Los representantes del PP se la saben de memoria y la repiten de maravilla. Quien abra el oído capta lo que es promesa e incumplimiento, odio del enemigo y glorificación de sí mismo, ataque al Gobierno y nula colaboración, ansiedad del poder y desdén del bien común nacional, ceguera para toda obra del Gobierno y autoalabanza ilimitada. Cuanto más hablan, mejor. Su mente, su corazón, sus entrañas, sus deseos e ideas, sus pasiones van dibujando su proyecto de convivencia, les basta decir lo que dicen sin nombrar para nada cómo viven, pero alumbran bien la ciudad política a la que te quieren llevar. Es un buen servicio y es de agradecer.
( Benjamín Forcano )

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