9 de junio de 2010

¿Qué podemos hacer para que no nos piseoteen más nuestros derechos?

¿Y si retiraramos nuestro dinero de la banca comercial y lo pusieramos en la banca ética?

¿Qué podemos hacer?: ¿Y si fijamos una fecha en la que iríamos a sacar nuestro dinero de los bancos (aunque fuese para tenerlo fuera sólo unos días)? Sólo con la convocatoria de una jornada en la que anunciemos que muchos vamos a pedir que nos den nuestro dinero habrían unas cuantas llamadas de personas muy influyentes que se verían perjudicadas y que le exigirían al gobierno que cambiase de rumbo inmediatamente.
¿Por qué?:Somos muchísimos los que estamos indignadísimos con el curso de los acontecimientos económicos tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Al principio intuíamos, y ahora sabemos, que detrás de los vaivenes actuales hay grandes movimientos especulativos con los que algunos se están haciendo de oro. Además, con la psicosis colectiva que se ha creado se están justificando recortes a los derechos sociales y laborales que hace apenas unos meses resultaban impensables.
Es curioso que aún no se sabe nada de cómo se quiere terminar con la existencia de los paraísos fiscales (los del Caribe, por supuesto, pero también los de Europa: Mónaco, Gibraltar, las islas británicas del Canal, Andorra…) a pesar de los más de 2 años que se lleva hablando de ello. Tampoco parece que se haya hecho nada por establecer la tasa a las grandes transacciones financieras de las que se habló por parte de muchos gobiernos tras la quiebra de bancos y aseguradoras.
Resulta curioso que con la crisis a los máximos responsables de la misma no sólo no se les han impuesto normas más estrictas, sino que además se les ha dado cantidades milmillonarias. Ayudas que no se han dado, por ejemplo, a las pequeñas y medianas empresas, que son las que en conjunto dan la mayor cantidad de puestos de trabajo en nuestro país (las cantidades que el gobierno supuestamente destinó a través de los bancos para ayudarlas las han empleado éstos sin ningún pudor en cuadrar sus resultados contables con la pasividad y complicidad de nuestros gobernantes, que se encogían de hombros mientras muchos pequeños empresarios no podían seguir adelante porque se les denegaban los créditos).
Pues ahora resulta que quienes deben pagar el desaguisado de este descontrolado sistema financiero deben ser los pensionistas, las parejas jóvenes que vayan a tener hijos, los empleados públicos (incluyendo no sólo a los de la administración general, sino también a médicos, auxiliares de enfermería, maestros, profesores, policías, bomberos, investigadores científicos, etc.), los docentes de la enseñanza concertada… La reforma laboral parece que irá en la misma línea: que los trabajadores pierdan derechos para que las grandes empresas ganen más. Por supuesto, detrás de las medidas de la próxima reforma quedan por venir, como no demostremos ahora de forma clara nuestro descontento, otras que van a recortar otros muchos derechos sociales: por ejemplo, el retraso de la edad de jubilación unos cuantos años, y así que nos dé tiempo a devolver la hipoteca y poquito después a criar malvas en algún camposanto (no nos olvidemos que probablemente en algunas generaciones vivamos menos años que nuestros padres y abuelos).
Los gobiernos de las naciones están haciendo la política que les dictan las grandes entidades financieras y los organismos financieros mundiales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial), aunque quizás decir esto último sea redundante con lo anterior, ¿no os parece? La clave está en que esos gobiernos, al igual que los autonómicos y los municipales, están acostumbrados a gastar el dinero que no tienen, obtenido mediante préstamos de los grandes bancos, y a pagar los plazos de préstamos anteriores con nuevos préstamos. Y con la crisis casi todos los gobiernos del mundo se han endeudado por encima de lo razonable (entre otros motivos para darles miles y miles de millones a los bancos y salvarlos de la quiebra). Pero ahora, a medida que los plazos se van cumpliendo, los bancos se van sintiendo fuertes para amenazar a los gobiernos con cortarles el grifo si no aplican las medidas que ellos quieren, que no son otra cosa que recortar derechos para que los márgenes de beneficios de sus entramados empresariales sean mayores. Y lo curioso es que estos bancos están intentando legislar contra nosotros utilizando para ello nuestro dinero, porque los bancos prestan un dinero que no es suyo.
Quizás no nos hemos dado cuenta de todo el poder que como colectivo tenemos frente a este intento de hacer que las clases medias y bajas tengamos la cuerda más apretada al cuello mientras otros cada vez son más y más ricos. Ahora que se está hablando de una posible huelga general tendríamos que pensar en una medida que no nos dañaría el bolsillo a los trabajadores ni a los pequeños y medianos empresarios pero que haría que en un plazo de pocos días cambiasen muchas cosas. ¿Y si fijamos una fecha en la que iríamos a sacar nuestro dinero de los bancos (aunque fuese para tenerlo fuera sólo unos días)? Algunos tendrían que preavisarlo con antelación en su entidad, pues la normativa del Banco de España establece que si el reintegro es superior a tres mil euros el cliente tiene la obligación de solicitarlo en la sucursal con al menos 24 horas de antelación (para lo cual habría que rellenar el formulario que deben tener las entidades al efecto y luego pedir que nos den un ejemplar donde hayan estampado el fechador y el sello de la entidad; si se niegan se debe pedir la hoja de reclamaciones inmediatamente). Pensad que sólo con la convocatoria de una jornada en la que anunciemos que muchos vamos a pedir que nos den nuestro dinero habrían unas cuantas llamadas desde teléfonos que tienen línea directa con el gobierno (por ejemplo, desde alguna gran entidad financiera) y le dirían que cambiase de rumbo inmediatamente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me apunto. De hecho hace tiempo que deseo poner mis cuatro duros en banca ética pero me parece mucho más interesante una acción colectiva. Y es que es de locos: les entregamos nuestro dinero,fruto de nuestro trabajo, para que nos lo guarden un tiempo y cuando pasado ese tiempo ya mayorcitos lo reclamamos resulta que se lo han fundido y en medio se ha codeado con el dinero que financia guerras, compra y vende mujeres, explota niños y trafica con drogas y armas que según tengo entendido son los verdaderos motores de la economía mundial.
¿Alguien sabe para que vamos a trabajar? A sí, la hipoteca...

Miren

Yo soy ése dijo...

Yo también me apunto. Si se organiza en serio algo a nivel colectivo, decidlo en esta página (fecha exacta) y yo saco mi dinero del banco. Asimismo, extenderé este artículo a todos mis contactos con una enorme "Pásalo" y animo a todoslos lectores a que lo hagan.
Y os planteo una duda: Si toda la gente empieza a tener menos dinero (y a guardarse el pco que le quede por miedo, es decir,a incentivar el ahorro en detrimento del consumo y la inversión), entonces,¿de qué sacan los capitales sus ganancias? Si la economía no se mueve, ¿ellos no pierden también de rebote?

Anónimo dijo...

Me parece una medida muy útil. Llevo tiempo proponiéndolo, aunque nadie me hace caso. Y es necesario hacerlo, pero no por unos días, porque eso llega a oídos de los bancos y unos días son capaces de esperar. Hay que hacerlo indefinido. Y sin miedo a los 3000 euros máximo, porque esa es la cantidad que se puede sacar diariamente. Quien tenga más, puede hacerlo en varias veces.
Salud

Rebelion

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