16 de junio de 2007

Los pobres de la tierra



Esta mañana he vuelto a hacer el "experimento": he cogido varios periódicos y he buscado, afanosamente, alguna noticia relativa a la situación de los países más empobrecidos de la tierra, a la situación del llamado "Tercer Mundo". ¿Saben cuántas noticias he encontrado? CERO. Ése es un tema de ninguna incidencia mediática: los pobres no son noticia.

Estamos en un mundo "de progreso", en el paraíso tecno-científico, en el que ya hemos llegado al "fin de la Historia" (en palabras de Francis Fukuyama), es decir, a un sistema económico-político en el que "ya se han resuelto todas las contradicciones". Así, por ejemplo, en Libertad Digital, González Brawn se permitía afirmar que ya "casi no hay hambre en el mundo" y que "el capitalismo está acabando con el hambre en el Tercer Mundo".

Más allá de chistes macabros de este tipo, el caso es que nuestro sistema está perfectamente diseñado para que una cuarta parte de la población mundial haya entrado en el "paraíso del consumo y de la buena vida" pero, eso sí (no se nos debe olvidar este pequeño detalle): a costa de las tres cuartas partes restantes, las hambrientas, las que apenas gozan de derechos ciudadanos y políticos, los que no tienen derecho a la paz (es decir, a vivir sin que te bombardeen).

Soy consciente de que este discurso está muy manido (y a muchos ya les chirría), pero más manida está el hambre, la pobreza, la indignidad, la falta de derechos.

Quien no lo crea, le ruego, por favor, que estudie cómo actúan el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio, la OTAN, la ONU y demás organismos supranacionales en relación a Centroamérica y Sudamérica, la mayoría del continente asiático y África (aproximadamente, cerca de sesenta millones de seres humanos que mueren, al año, DE HAMBRE). Les ruego que investiguen a quiénes beneficia el negocio de la producción y venta de armamento (uno de los negocios más lucrativos de la historia de la humanidad) y que se pregunten dónde se utilizan después dichas armas y a quiénes matan siempre.

En pocas palabras: nos pongamos como nos pongamos, y disimulemos lo que disimulemos (pagando a los intelectuales que se prostituyen, por dinero, para que mientan y digan lo contrario -por ejemplo, González Brawn-), el caso es que EL HAMBRE y LA GUERRA siguen siendo los dos primeros problemas de la humanidad, seguidos del problema ecológico (también consecuencia directa del modelo de producción neoliberal). Pero de los dos primeros problemas, la prensa NO TIENE NADA QUE DECIR.

En un mundo tan "audiovisual" como éste, "ser" es "salir en la tele"; lo que no sale en la tele o en la prensa, simplemente... no existe. Es decir, que si a los pobres les falta el pan, el agua, la salud, la educación, la cultura, la paz, etc, para que no les quede nada, hasta se les ha quitado la voz.

Contribuir a este criminal silencio es, desde luego, ser cómplice de él. Yo espero que esta humilde web de Enfoca sirva, al menos, para ponerle voz a los pobres de la tierra, para hacerles su hueco en medio de nosotros, aunque su presencia aquí sea una denuncia molesta (para nosostros en primer lugar, desde luego).

Un problema como el hambre (que afecta a tres cuartas partes de la humanidad) es, necesariamente, el primer problema político que hay. Por eso, los medios (de la derecha y de la izquierda) lo ocultan y silencian a diario. No seamos nosotros también cómplices de esa masacre mediática, por favor. No nos distraigamos con pseudoproblemas de segundo orden cuando lo primero es, y seguirá siendo siempre, lo primero.

Y que los demás medios de comunicación justifiquen su culpa.

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