13 de febrero de 2008

Hipocresía, Cinismo, Mentira: Oposición.

Es de todos sabido que una oposición realmente democrática se basa en la crítica objetiva de las cosas que hace mal el Gobierno, pero no en inventarse cosas que el Gobierno no ha hecho (como, por lo visto, "obligar" a los jueces a que se rindan ante ETA, romper España, manipular el sumario del 11M, atacar a la Iglesia y hasta ordenar a los médicos que maten en los hospitales); ni tampoco consiste en hacer una pinza contra todas las fuerzas parlamentarias para impedir, por todos los medios, que se acabe el terrorismo por medio del diálogo (del mismo diálogo que el PP llevó a cabo cuando gobernó) o para impedir que se acabe con la catalanofobia, la vascofobia, la homofobia y la xenofobia; ni tampoco consiste, desde luego, en crear un horrible clima de crispación social y política y, después, acusar al gobierno (víctima de la misma) de ser el verdugo.

Nada de esto es signo de la oposición de un partido verdaderamente democrático. Pero, ¿se puede dominar democrática a una formación que se niega sistemáticamente a condenar la dictadura franquista (incluso exalta y defiende a sus miembros cuando la justifican -entiéndase, v. gr, Mayor Oreja o Ana Botella-)? ¿Es democrático un partido que se une a la jerarquía eclesiástica sólo cuando ésta pretende imponer su moral a un parlamento laico, pero, desde luego, no se une a la Iglesia de base en su lucha contra la pobreza y la guerra, por ejemplo?

Las respuestas me parecen claras y obvias, aunque no novedosas; no he dicho nada que cualquier lector no haya podido comprobar ya. Pero lo que sí me parece insoportable hasta el insulto es la hipocresía con que el PP se dirige a los españoles.

Los que dialogaron con ETA han hecho todo lo posible (lo lícito y lo ilícito) por impedir que el Gobierno pudiese acabar con el terrorismo por el mismo camino por el que ellos lo intentaron; los que han estado cuatro años gritando el contra del catalán, ahora prometen crear escuelas donde éste se imparta; los que no quitaron ni un solo supuesto de la ley del aborto cuando tenían mayoría absoluta, ahora lo utilizan como argumento moral; los que han sido siempre los más machistas del panorama electoral, ahora instrumentalizan a la mujer como bandera ideológica; los que se han negado a la restauración de la justicia con la "memoria histórica", ahora van dando lecciones de justicia y talante democrático; los que criticaron la propuesta de ZP de dentista gratis (por electoralista) la asumen ahora, como si la hubieran inventado ellos (casualmente en campaña electoral); los que llamaban a ETA "Partido de Liberación Nacional Vasco" cuando gobernaban, se han llevado cuatro años exigiendo la ilegalización de ANV, y cuando el PSOE lo ha hecho (de modo electoralista, que también hay que decirlo), ahora no les parece bien.

Si el Gobierno lo hace mal, "porque lo hace mal"; y si lo hace bien, "porque es electoralista". Éste es el "talante democrático" de la nueva derecha "centrista". ¿Y ésta es la derecha que está en situación de "empate técnico" con el PSOE? No me lo puedo creer: mi país es inmensamente más listo y solidario que eso. Y si hubiese el más mínimo riesgo real de que esta gente gobierne (yendo a Misa, de mano de los obispos, mientras expulsan a los hambrientos de nuestro país y acogen, satisfechos, a los grandes capitales), habría que intentar impedirlo. Eso sí, por medios democráticos. No somos como ellos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que lo digas. Esta gente son la peste.
Os quedáis cortos, hablando de hipocresía, si vísteis anoche a Ana Pastor y Esteban Font en "59 segundos": falsos, cínicos, rastreros, vomitivos. Creo que son malas personas.
Desde luego, el valenciano daba náuseas oirlo.

Sólo quien ama vuela dijo...

Han optado por esa radicalización del discurso de la derecha. Esperemos que no les de el triunfo porque ¿quién les va a frenar entonces?

Saludos.

Anónimo dijo...

Pues me temo que, nos guste o no, la única manera de frenarlos es votar al PSOE, aunque haya hecho algunas cosas mal.

Sólo quien ama vuela dijo...

Lo que yo me temo es que "la tensión" que Zapatero quiere oponer a la radicalización del PP fomente el bipartidismo, como decía ayer Llamazares.

Hay votantes de izquierda que nunca podrán votar al PSOE, sencillamente porque esta opción se les queda muy corta. Acabar con IU es echar gran parte de esos votos a la basura.

Mientras, gran parte de la extrema derecha se movilizará para votar al PP.

Si hubo más de 1.250.000 votantes de IU en 2004, a pesar de las mentiras del 11M ¿Por qué crees que estos van a votar al PSOE ahora?

Más bien yo estoy convencido de que si IU gana votos (y diputados), el PP no gana las elecciones.

Pero todo esto es política ficción. Que cada uno actúe según su conciencia.

Rebelion

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