15 de marzo de 2010

Activista antigobierno

Pascual Serrano
Correo del Orinoco

¿Cómo se calificaría a un islamista suicida que estrellase una avioneta contra un edificio estatal estadounidense civil donde trabajasen doscientas personas? Sin ninguna duda sería considerado un terrorista. Pero si se trata de un ingeniero de sistemas informáticos que protesta contra los impuestos del Estado ya no es un terrorista, es un “activista antigobierno”. Así lo titularon: “Un activista anti gobierno se estrella contra un edificio federal en Tejas” (El País, 18-2-2010). Para otros medios ni siquiera es un atentado, lo titulan “Una pequeña avioneta se estrella contra un edificio de oficinas en Texas” (20 minutos, 18-2-2010) y en el texto lo califican de “incidente causado por un suicida". En The Independent y Página 12 un analista lo tiene claro: "no era un terrorista, sino un ciudadano común y corriente con un resentimiento sobredimensionado y una pequeña avioneta" (Página 12, 21-1-2010).

La consideración de este suceso puede compararse con lo sucedido en Sevilla la noche del día 22 de febrero. Un joven sirio de origen kurdo lanzó un zapato al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. El zapato no alcanzó su objetivo, dio en el automóvil y fue recogido por los escoltas del primer ministro de Turquía. El joven fue detenido y acusado de intento de atentado contra un Jefe de Estado (ABC, 23-2-2010).

Conclusión: si eres un sirio de piel oscura y tiras un zapato cometes un atentado, pero si eres blanco e informático y estrellas una avioneta contra un edificio con 200 personas eres un activista o tienes un resentimiento sobredimensionado.

Visto en Rebelión

No hay comentarios:

Rebelion

Web Analytics