Benedicto XVI dijo ayer en el Ángelus (al día siguiente de haber publicado su carta a las víctimas de los curas pederastas) que "hay que perdonar al pecador, porque Dios no condena". Y aún lo rubricó mejor: "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".
Pues mire Vd, su Santidad: de otros pecados no, pero del de pederastia sí que estoy libre; ergo, me pido ser yo quien tire la primera piedra... contra Vd". Los curas pederastas son unos enfermos (probablemente,a causa de las neurosis sexuales que la Iglesia lleva veintiún siglos provocando) y unos pervertidos delincuentes. Pero Vd no es un enfermo (que yo sepa) y sí tiene una enorme responsabilidad en sus palabras.
A nosotros nos da igual (de hecho, exactamente igual), sus pecados y los de sus curas, pero lo que no nos da igual, en modo alguno, son sus delitos (los de sus curas, por violar niños, y el suyo, por tratar de justificarlo de algún modo). A la sociedad le parece muy bien que Dios (como Vd dijo ayer) perdone el pecado; lo que no toleramos es que el delito quede impune. No queremos que sus curas violadores vayan al infierno, pero sí a la cárcel. Vamos a ver: ¿por qué razón van a tener los curas ese privilegio jurídico? Si cualquier violador normal va a la cárcel, ¿por qué no un cura?
Mire Vd, su Santidad: ya nos estamos cansando de tanta hipocresía: ¿cómo es posible que vds estén tan empecinados en que la mujer que aborte, vaya a la cárcel, y luego miran para otro lado ante las violaciones de niños, por parte de los (supuestamente) consagrados a Dios?
Que Dios perdone, sí, pero los violadores, a la cárcel, por favor, su Santidad. Vd sólo tiene derecho a decir palabras ambiguas que puedan malinterpretarse (que puedan inducir a justificar a sus curas violadores) si fuese Vd la víctima. Es decir, Vd sólo puede perdonar las ofensas que reciba Vd, pero no puede arrogarse el derecho a perdonar en nombre de las víctimas. Eso no, su Santidad. Ahí se ha pasado tela.
Pues mire Vd, su Santidad: de otros pecados no, pero del de pederastia sí que estoy libre; ergo, me pido ser yo quien tire la primera piedra... contra Vd". Los curas pederastas son unos enfermos (probablemente,a causa de las neurosis sexuales que la Iglesia lleva veintiún siglos provocando) y unos pervertidos delincuentes. Pero Vd no es un enfermo (que yo sepa) y sí tiene una enorme responsabilidad en sus palabras.
A nosotros nos da igual (de hecho, exactamente igual), sus pecados y los de sus curas, pero lo que no nos da igual, en modo alguno, son sus delitos (los de sus curas, por violar niños, y el suyo, por tratar de justificarlo de algún modo). A la sociedad le parece muy bien que Dios (como Vd dijo ayer) perdone el pecado; lo que no toleramos es que el delito quede impune. No queremos que sus curas violadores vayan al infierno, pero sí a la cárcel. Vamos a ver: ¿por qué razón van a tener los curas ese privilegio jurídico? Si cualquier violador normal va a la cárcel, ¿por qué no un cura?
Mire Vd, su Santidad: ya nos estamos cansando de tanta hipocresía: ¿cómo es posible que vds estén tan empecinados en que la mujer que aborte, vaya a la cárcel, y luego miran para otro lado ante las violaciones de niños, por parte de los (supuestamente) consagrados a Dios?
Que Dios perdone, sí, pero los violadores, a la cárcel, por favor, su Santidad. Vd sólo tiene derecho a decir palabras ambiguas que puedan malinterpretarse (que puedan inducir a justificar a sus curas violadores) si fuese Vd la víctima. Es decir, Vd sólo puede perdonar las ofensas que reciba Vd, pero no puede arrogarse el derecho a perdonar en nombre de las víctimas. Eso no, su Santidad. Ahí se ha pasado tela.
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