4 de noviembre de 2011

¿Grecia se hunde y nos hunde?

Rara vez he visto que una noticia como el referéndum anunciado para Grecia haya suscitado tanta alarma y haya sido deplorada tan unánimemente como un error de dimensiones colosales. Todos los medios la califican de inmenso disparate, que lleva a Grecia al abismo y al resto de Europa al caos. Se ve que el poder financiero controla también del poder mediático.


Todo me lleva a sospechar. Rescatar es liberar, en este caso a Grecia del endeudamiento o del dinero que debe. Europa decide rescatarla mediante una ayuda de 130.000 millones de euros y una condonación del 50 % de su deuda. Pero Grecia rechaza, al parecer por un 60 % según lo sondeos, el rescate.


La socialdemocracia ha sido el principio rector del proceso en gestación de la Unión Europea, que lleva más de 50 años. Ahora resulta que un país pequeño, de apenas 12 millones de habitantes, (un 2 % de la Unión Europea) es capaz de poner en jaque a toda Europa. Hoy hay más producción que hace 10 años , más coordinación de recursos y, sin embargo, el bienestar y el progreso de los derechos sociales se viene abajo. Algo ha cambiado en Europa: los políticos gobiernan en beneficio de los banqueros. Y los banqueros buscan el pago de las deudas sin importarles para nada el coste social.


Siento mucho respeto por la rebeldía de un pueblo, con derecho a que, quienes decidan su suerte económica, sean los dirigentes que ellos han elegido políticamente. El dilema es la situación cada vez más empobrecedora y el problema la humillación de ver que en Europa, más que una Socialdemocracia política y económica, manda una oligarquía, que dicta a través de la Troika (Alemania, Francia e Inglaterra) y el BCE, la Comisión Europea y el FMI las medidas que se deben imponer, sin contar con la voluntad de los pueblos y haciendo recaer los sacrificios sobre las clase trabajadora. ¿Por qué tanta sacudida en los mercados, ibex, bolsas, EuroStoxx ...? Porque la banca, ante el resultado negativo de Grecia, debería asumir el impago, lo cual resulta doblemente peligroso por el contagio que puede provocar en otros países. Islandia es un fantasma que hay que ocultar. El pueblo no entiende nada de los términos en que se le habla, manera sofisticada de engañarle y hacerle creer que no hay otra solución. Hay mil formas de explicar clara y pegagógicamente lo que está pasando: quién provoca la crisis, a quienes beneficia y cuáles son los planes que la Troika y compañía nos tiene reservados a los demás países. Las víctimas de las finanzas tiene derecho a defenderse y lo harán.

(Benjamín Forcano)

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