8 de mayo de 2012

Así de claro




A muchos les va a costar convencerse, pero el día a día les va a ir demostrando la distancia que media entre lo prometido por el PP y lo   incumplido en pocos meses. Sin embargo, el Gobierno sigue  pregonando por  esquinas, plazas y terrazas: la causa  principal  de la crisis   es el elevado déficit y la deuda excesiva de España, para este año 2012 el ajuste presupuestario es de 27.300 millones para reducir el déficit público, por lo que las medidas y recortes del Gobierno son necesarias,  único camino para superar la crisis, para salvar al euro,  para recuperar el crecimiento económico, el empleo y el bienestar. Con austeridad y sacrificio todos los bienes prometidos llegarán. Lo contrario es error, ineficacia, insolidaridad , antipatriotismo.

         Pero lo que los ciudadanos no saben es que ese presupuesto contempla 28.848 millones de euros por intereses a  los financiadores privados de la deuda.   El Banco Central Europeo tiene prohibido por Tratados y Estatutos europeos  financiar directamente a los gobiernos para no impedir el negocio de los bancos privados. Da todo el dinero que quieran a los bancos al 1 % y los bancos compran la deuda de los Estados al 6 %, 7 % y aún  más. No hay dinero  y con el dinero de los recortes  sociales pagamos los intereses privados de los bancos. De existir un auténtico Banco Central en la Unión Europea, éste  hubiera financiado al Estado Español al 0 %, sin tener que pagar intereses ni hacer el recorte de gasto.

Y para amaestrarnos sobre todo esto, vienen representantes  del Banco Central Europeo y  de la Banca alemana, justo los que provocaron la crisis, pues el Banco Central Europeo y la Banca Alemana  prestaron 109.000 millones de euros  a la Banca española  que, unida al sector inmobiliario,   los invirtió especulativamente  creando la burbuja inmobiliaria. Y, cuando estalla la burbuja inmobiliaria, son ellos los que provocan el problema de la deuda privada de España: 227 % del PIB.  Alemania consigue entonces enormes beneficios que dedica  a acumular más y más euros  convirtiéndose en  la mayor fuente de euros en Europa. Como Alemania tenía una gran parte de su capital prestado a la banca española (sólo el 10 % al Estado español), al explotar la burbuja inmobiliaria, sintió pánico y se puso a pregonar que el euro estaba en peligro.

Economistas no neoliberales apuntan a otra dirección, si queremos salir de la crisis: en el 2007, el Estado Español  no tenía déficit, tenía un superavit seis veces mayor al  Estado alemán  (un 1,9 % frente a un 0,30 % del  PIB); y su deuda pública era de un 27 % del PIB, la mitad de la deuda pública alemana  (un 50 % del PIB).

          Pero ahora,  cuando los bancos alemanes (y franceses) corren el peligro de que los fondos prestados no les sean pagados, gritan que el euro está en peligro. Y, con  aire de   soberbia exento de toda solidaridad, decretan la política de austeridad que  todos estamos padeciendo, cuyo objetivo no es otro que lograr que paguemos a los bancos alemanes (y franceses). Y, para ello,  sirve la ayuda que la Unión Europea y   el Fondo Monetario Internacional dan a los bancos españoles.

Lógicamente, esta política rebaja los salarios, disminuye la protección social, recorta los gastos públicos,  sin que se pueda evitar el descenso de la demanda doméstica, la disminución de la actividad económica, el descenso de los ingresos al Estado y, en consecuencia,  el aumento del déficit y de la deuda pública.

Y, a pesar de todo, la promueven, porque  los dogmas económicos son  irracionales, impermeables a los datos reales  y sirven a los intereses de la banca, con la complicidad o debilidad  de políticos subordinados.

Está claro que los intereses de la banca no coinciden con los intereses generales. Esa es la  gran mentira, contra la que los ciudadanos debemos rebelarnos: existen otras medidas y otras políticas alternativas.
(Benjamín Forcano. Sacerdote y teólogo)

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