15 de enero de 2009

Carta al Gran Wyoming

En el artículo de Wyoming (en la sección digital de Público) del pasado domingo, La doble moral, al que obviamente os remito, he dejado mi pequeña y humilde carta en comentarios, pero, como no podía ser de otro modo, también me la he traído a casa:

Como siempre, Wyoming, das en el clavo y, además, haciendo gala de un excelente verbo y una no menos exquisita habilidad comunicativa. Un viejo cuento zen decía que "por encima del dolor, del amor y del silencio, aún estaba la risa". El humor. Alguien que nos hace reir como tú, tenía forzosamente que ser alguien serio y muy profundo. Da igual si el humor es la cima o, simplemente, la cara bonita del cinismo más amargo. Pero es de lo poco que nos queda. No sé cuándo sintonizo más contigo, Wyoming: si cuando te veo en "El intermedio" (o te veía, antes de venirme a Dublin) o si cuando te leo aquí.

Y no has mencionado el execrable silencio de "los buenos", ésos que no paraban de jalear contra EpC, el matrimonio gay y el divorcio (¡qué grandes problemas!). Creo que están locos. Debe ser cosa de la alienación religiosa (que no espiritual o mística, realidades que, obviamente, ni las huelen), que les hacen eco y diana de las terribles palabras de uno de los mejores militantes de la historia moderna norteamericana, Martin Luther King: "No aborrezco tanto el mal de los malos cuanto el silencio de los buenos". Este pensamiento rancio (y este comportamiento aborrecible),no es que sea terrorífico y peligroso (me refiero a los que tú denuncias, no ya a Israel, que se da por descontado); es que amenaza con empozoñarnos el corazón también a nosotros... de asco (por no decir algo peor) hacia ellos. Y eso es lo que yo no quiero que ocurra: no quiero que la náusea y el odio a tanta hipocresía, a tanto "pensamiento único", traspase mi pecho.

Por eso, amigo Wyoming, por favor: sigue escribiendo, sigue mostrándonos tu lado serio y circunspecto pero, por favor, no dejes nunca de hacernos reir. El humor como salvación. Tú sabes de lo que hablo, ¿verdad?

Un abrazo de tu admirador.

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