Luis Herrero y Venezuela

Ayer llegó a España el eurodiputado Luis Herrero, del Partido Popular, tras ser expulsado de Venezuela. El antes periodista acudió, según él, a participar en la campaña por el referéndum constitucional invitado por la oposición. Según él mismo ha dicho, no iba como observador. Para él el asunto es importante, pues el Código de Conducta para los observadores internacionales de la Unión Europea establece:

1. “los observadores mantendrán una estricta imparcialidad en la ejecución de su cometido y en ningún momento manifestarán sus inclinaciones o preferencias respecto de las autoridades, partidos o candidatos nacionales o de cualquier cuestión debatida en el proceso electoral”;
2. “los observadores se abstendrán de hacer comentarios personales o prematuros, basados en sus propias observaciones, a los medios de comunicación o a cualquier persona interesada”;
3. “los observadores deberán ajustarse a todas las leyes y reglamentos nacionales”;
4. “durante todo el tiempo que dure la misión, incluido el tiempo transcurrido fuera del trabajo, los observadores de las elecciones deberán comportarse de manera irreprochable, emitir juicios sensatos y guardar la mayor discreción personal posible”.

Finalmente el propio Código de Conducta establece que “la violación del código de conducta conlleva la inmediata repatriación a su país”.

Según él, si no iba como observador internacional podía decir le viniera en gana. En mi opinión cualquier eurodiputado debe comportarse como tal en todo momento, para eso cobran un pastón. Y si no van como observadores internacionales, deben ser aún más escrupulosos. Tiene derecho a participar en la campaña, tiene derecho a pedir el no a la reforma, incluso tiene derecho a pedir la abstención como hizo. Aunque esto último sea, por así decirlo, poco democrático.

Aún así, si un eurodiputado viene a España y suelta en campaña las siguientes perlas:

“Es intolerable desde todos los puntos de vista democráticos y de defensa de los derechos humanos, que se puedan provocar situaciones de amedrentamiento, situaciones de violencia, de amenaza, como las que yo personalmente he escuchado".

“Y por lo tanto, quiero que sepan que la delegación del Partido Popular Europeo, que se encuentra aquí como invitado internacional para asistir a este proceso electoral, de un referéndum que (el Gobierno) ya perdió hace un año, no dejará en ningún momento de denunciar públicamente en todas las instituciones europeas un comportamiento que considera profundamente lesivo para la dignidad del ser humano”.

“Permítanme decirle a todos los (españoles) que nos estén escuchando, que no pierdan de vista que son ciudadanos libres y que tienen que votar en libertad, que tienen que votar lo que quieran. Yo no estoy diciendo que voten ni que sí ni que no. Estoy diciendo que voten en libertad, y que jamás voten dejándose llevar por el miedo que premeditadamente un dictador (el Rey de España o el Presidente del Gobierno) está tratando de trasladar a su ánimo”.

“... temor a que pueda ser utilizada (la apertura por más tiempo de los colegios electorales) esa nocturnidad, digámoslo así, para tratar de hacer algún tipo de maniobra que no sea transparente y que no sea democrática”.

Sería un escándalo y se le pediría que abandonara el país. O se le acusaría de "expresiones vejatorias, humillantes y atentatorias contra la dignidad y el honor" del jefe de Estado (Artículo 208, 490.3, 504 y 505 del Código Penal español).

Por cierto, que el muy democrático Reino Unido retuvo el otro día al eurodiputado ultraderechista Geert Wilders y le impidió la entrada al país. Nadie se rasgó las vestiduras por ello.

Esto lo he leído en Rebelión: aquí y aquí. También en Im-Pulso.

En el blog de Juan Torres he visto este vídeo acerca de la enemistad de Luis Herrero con la verdad.