Por la vida, la paz y la democracia

Partido Comunista Colombiano
Septiembre de 2008

En Colombia se construye un nuevo modelo de poder. Neoliberal, fundamentalista y militarista. Un modelo neofascista, ligado al paramilitarismo y al narcotráfico. La guerra es el centro de su política. Niega las libertades y concentra todo el poder. Es la punta de lanza de las provocaciones de los Estados Unidos contra los procesos soberanos de Venezuela y Ecuador.

Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo se busca la eliminación de la oposición y el movimiento popular, víctimas por décadas de la más violenta política de exterminio. De terror. Decenas de miles de muertos y de desaparecidos. Cuatro millones de desplazados internos. Miles de sindicalistas asesinados y el exterminio de todo un movimiento de oposición como la Unión Patriótica.

El Estado genocida quiere juzgar a la oposición y a los sobrevivientes del terrorismo de Estado acusándolos de rebelión y terrorismo. Para acallar la solidaridad internacional y la denuncia de sus crímenes han lanzado una “cacería de brujas” contra las organizaciones europeas comprometidas en la solidaridad y la denuncia. Para encontrar complicidades abren la economía en forma incondicional a las multinacionales, apoyan la guerra contra Irak y enviarán tropas a Afganistán.

Colombia es gobernada por una de las oligarquías más violentas de América Latina. Fue esta oligarquía y el imperialismo quienes sumieron al país en guerras y confrontaciones desde los inicios del siglo XIX. Desde entonces han practicado la violencia contra el pueblo. El despojo violento de las tierras de indígenas y campesinos. La solución sangrienta a conflictos sociales y políticos. Ellos son los culpables de la violencia. La guerra les ha servido para multiplicar sus riquezas y para mantenerse en el poder.

Reafirmamos nuestro llamado a la paz. A una solución política del conflicto. Y a la salida de Uribe y a la conformación de un Gobierno Democrático que conduzca al país hacia la segunda emancipación.