8 de septiembre de 2008

Zohan: Licencia para peinar

Si aún llego a tiempo de evitar que una sola persona vea este mamaracho de la, tan mal llamada, película que titula este artículo, lo daré, sin duda, por bueno.

Mala hora en la que mi hijo me dijo: "Papá, ¿podemos ir a ver Zohan?" Como estamos de vacaciones, había hecho los deberes, leído, etc, le dije que sí (sacrificios de padre). Y fuimos (¡Vaya por Dios!). Adelanto, por cierto, que no le gustó nada ni siquiera a él.

La "peli" no tiene salvación alguna; vamos, que no hay por dónde cogerla. Mala de solemnidad, soez, con golpes estúpidos (en los que, se supone, pretendían hacer gracia), con un argumento tan manido como falso, etc, etc. Un ex-militar israelí (con un atributo que dejaría en pañales al mismo Rouco Sigfredi, y que no para de tocarse en todo momento) viaja a EEUU para realizar su sueño: ser peluquero!!!!

La primera en la frente: el sueño americano, el "american way of life". USA como paraíso perdido (o encontrado) donde todo el mundo (inmigrantes pobres incluidos, por supuesto) tienen su oportunidad.

Pero lo que me hace perder el tiempo hablando de este esperpento es que, una vez más, tuve que comprobar, horrorizado, cómo el imperio no desperdicia la más mínima oportunidad (aunque sea una de las peores comedias que se han realizado jamás) para ideologizar: resulta que nuestro antihéroe se enamora de una peluquera palestina (tenía que ser) y, ya al final del bodrio, ella, reflexionando sobre el conflicto árabe-israelí, dice: "pero, ¿qué tenemos nosotros que ver con esa estúpida guerra? Aquí, en América, no nos metemos en ningún conflicto, porque, para nosotros, todo el mundo es igual. Nosotros respetamos a los seres humanos, tolerando cualquier nacionalidad, raza, religión, etc". Claro que la palestina ya se había empapado del "american way of thinking", ya pensaba como una estadounidense más. Y nos contó (guapísima ella, eso sí) que los americamos contemplan neutrales e imparciales los conflictos bélicos del escenario internacional. Ahí es nada. Y, claro, por supuesto, (en su denodado afán por respetar a todos por igual) tampoco apoyan a Israel. Claro que no. USA es la escuela de la tolerancia y el pacifismo. Para que nuestros niños pequeños lo vayan grabando ya en su indefenso inconsciente.

Pues ya no hablaré más de esa película. Al menos, con ese título. Yo prefiero llamarla:

"Hollywood: licencia para manipular".

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