19 de marzo de 2009

Y dale con el bebé medicamento

Leída la columna de Juan Manuel de Prada en ABC, titulada Bebés medicamento, he de concluir que escribir una columna diaria en un periódico puede tener algún efecto pernicioso para el escritor: la ausencia de interacción por parte de los lectores puede llevarle al convencimiento de que todo lo que dice piensa y/o hace es verdad; igualmente puede creer que sabe o está en disposición de saber de todo, cual pozo infinito de sabiduría. Lo que no sé es si todo ese conocimiento le ha sido transmitido por ciencia infusa o lo ha tenido que estudiar. Yo mismo, escritor de esta página, empiezo a padecer estos síntomas.

Entiendo que Juan Manuel de Prada, como creyente católico, y la Iglesia (por extesión) no aprueben la práctica utilizada para favorecer el nacimiento de Javier (al que de Prada quita el nombre), aunque posteriormente haya podido ser usado como donante de sangre de su hermano. La Iglesia entiende, aunque no es un dogma de fé, que los embriones son seres humanos y no es lícito "crearlos" para luego deshacerse de ellos. Así que, en buena lógica, deben desaprobar esta práctica médica. Pero hay que ser más valientes y decirlo así. A la pregunta "¿cree usted que Javier no debiera haber nacido por este método?" Han de responder, "efectivamente, así lo creemos, el fin no justifica cualquier medio". Esto es lo honesto, es lo que casi hizo (le faltó valor al final) Martínez Camino el Lunes en la SER. Es lo que no hace De Prada en su artículo, él opta por intentar desmontar la verdad científica que hay detrás de esto. Pero se le nota mucho que no tiene ni idea.

Para empezar, le quita el nombre a Javier al que se refiere siempre como "Bebé medicamento". Al negarle el nombre le niega toda trascendencia humana, de forma que Javier es tratado como un objeto, una medicina. O sea, que vivimos en una sociedad que le da trascendencia a la vida del lince ibérico y se la niega a Javier (¿de qué me suena esto?).

Habla Juan Manuel de embriones y uno se imagina un embrión, pero se refiere a un blastómero de ocho células. ¿Miente, no dice toda la verdad o no sabe? Dice Juan Manuel (él si tiene nombre) que los embriones (Javier y el resto) fueron creados artificialmente, como si eso fuera malo. ¿Hasta qué punto es artificial la fecundación in vitro? ¿Estamos en contra de la fecundación in vitro? Las cosas hay que decirlas claramente.

Después habla de la técnica usada para la selección de Javier: que si se toman dos células de un "embrión" de ocho, que si no se sabe qué pasará en el futuro con Javier... Como supongo que para entender la técnica utilizada habrá que estudiar algunos años, calculo que para 2015 podré hablar de esto con propiedad (si saco tiempo para estudiar). Mientras tanto me callo, no sin antes felicitar a Juan Manuel por la profundidad de su pozo de sabiduría.

También critica de Prada el uso de Javier (el no nombrado) "como donante, tal vez de médula ósea, tal vez incluso de algún órgano vital". Aquí sospecho que sé que miente, debo pensar que alguien que ha estudiado tanta medicina (o le ha sido transmitida por ciencia infusa) sabe que Javier no es donante de médula ni de ningún órgano. Pero es más, si Javier hubiera nacido de otra forma (natural, dirá Juan Manuel) y su sangre pudiera salvar la vida de su hermano ¿cuestionariamos que se diera su sangre sin su conocimiento? Por otro lado, la sospecha lanzada por el articulista de que la práctica médica pueda hacerle algún daño a Javier, es sospecha de un delito cometido por el equipo médico que le atienden a él y a su hermano Andrés, que también tiene nombre.

Por último está la tesis de que "existen alternativas científicas a la fabricación de «bebés medicamento» que no plantean problema alguno, ni ético ni científico, por su fácil obtención libre de riesgos y su eficacia curativa perfectamente acreditada, incluso en pacientes que no guardan parentesco alguno con el donante". Yo, por naturaleza conspiracionista, siempre sospecho de la industria farmaceútica, pero en este caso me cuesta mucho pensar que se opte por un sistema poco (o nada) exportable en lugar de otro que, si existiera, podrían vender mejor. Me parece poco creíble esta tesis... en 2015 espero estar en disposición de dar algún argumento, mi pozo de sabiduría es tan superficial...

En el último párrafo se refiere a esta práctica como aberración, lo que me parece más honesto por su parte... pero este debate habrán de resolverlo primero dentro de la Iglesia bien discutiéndolo, bien con excomuniones. Porque no todos están de acuerdo.

Lo que para mí es indudable es que yo, también católico, no hubiera dudado en hacer lo mismo que estos padres por salvar la vida de sus hijos. Es fácil hablar suponiendo que nunca te encontrarás en esta situación.

¡Bendita solución médica! La que me regala dos vidas: la de mi hijo enfermo y la del que nacerá y permitirá su curación.

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