(Dedicado a Miguel Ángel Olalla Mercadé en el día de su cumpleaños)Como casi todos los días, desde hace casi 5 meses, hoy me he puesto en marcha bajo el lema: "Serenidad y firmeza". Quizá hoy más conscientemente, si cabe.
Era frecuente que mi padre, los días en los que yo tenía que afrontar algún examen en la facultad, me dejara una nota por la mañana temprano, al irse al trabajo, normalmente escrita en una de sus fichas de aviones. Solo decía: "Serenidad y firmeza. Papá". Lo mismo me dijo por teléfono el día antes de afrontar el último ejercicio de mi oposición: "Serenidad y firmeza, Miguel".
Con ésto el me quería decir que me había visto trabajar, que lo valoraba y que era hora de recoger frutos. Para ello debía estar tranquilo y confiar firmemente en los conocimientos adquiridos.
Curiosamente este lema, que creía tenerlo olvidado, se ha hecho muy presente en mi vida desde el día en que mi padre falleció. "Serenidad y firmeza" cobra, si cabe, un significado mucho más profundo viniendo de alguien que, como él, pasó por la vida amando a su prójimo como a sí mismo.
Leyéndolo desde su estilo de vida, "serenidad y firmeza" puede significar "estad tranquilos, no exijáis a los demás ni a vosotros mismos más de lo que humanamente podéis dar; pero sed firmes y confiados, estad dispuestos a sorprenderos de lo que los demás y vosotros mismos sois capaces de hacer".
Hoy mi padre hubiera cumplido 64 años. El próximo Miércoles Santo hará cinco meses que nos dejó. Por eso me tomo la libertad de dedicarle hoy estas palabras.
Era frecuente que mi padre, los días en los que yo tenía que afrontar algún examen en la facultad, me dejara una nota por la mañana temprano, al irse al trabajo, normalmente escrita en una de sus fichas de aviones. Solo decía: "Serenidad y firmeza. Papá". Lo mismo me dijo por teléfono el día antes de afrontar el último ejercicio de mi oposición: "Serenidad y firmeza, Miguel".
Con ésto el me quería decir que me había visto trabajar, que lo valoraba y que era hora de recoger frutos. Para ello debía estar tranquilo y confiar firmemente en los conocimientos adquiridos.
Curiosamente este lema, que creía tenerlo olvidado, se ha hecho muy presente en mi vida desde el día en que mi padre falleció. "Serenidad y firmeza" cobra, si cabe, un significado mucho más profundo viniendo de alguien que, como él, pasó por la vida amando a su prójimo como a sí mismo.
Leyéndolo desde su estilo de vida, "serenidad y firmeza" puede significar "estad tranquilos, no exijáis a los demás ni a vosotros mismos más de lo que humanamente podéis dar; pero sed firmes y confiados, estad dispuestos a sorprenderos de lo que los demás y vosotros mismos sois capaces de hacer".
Hoy mi padre hubiera cumplido 64 años. El próximo Miércoles Santo hará cinco meses que nos dejó. Por eso me tomo la libertad de dedicarle hoy estas palabras.
2 comentarios:
Para los que conocimos a Miguel Olalla Mercadé, cualquier palabra se queda corta.
Desde aquí me sumo, humildemente, a este sencillo homenaje de reconocimiento. Y que su recuerdo entrañable nos sirva para no olvidar jamás cuál es el espíritu y finalidad de esta asociación y esta web:aportar nuestro pequeño grano de arena a la lucha por un mundo más justo y solidario.
Don Miguel: todo sigue "dentro de un orden". ¡Gracias por seguir dando fruto desde "el otro lado"!
Pedro Jiménez
Hola primo, me he permitido coger esta foto de tu padre que está guapisimo y lo he puesto en un arbol que acabo de empezar, pero necesito que me echeis una mano.
Escribeme a miryam@trastete.com o trastete@hotmail.com
Y pico mil millones de besotes mu gordisimos a todos.
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