14 de marzo de 2008

¿Dónde están los niños?

Allá donde se pierden los recuerdos,
donde la infancia era juego, amor y paz,
mi padre peinaba en negro, vivía abuelo,
y la peor pesadilla era la escuela,
… en la calle había niños, y nada más.

Existían los Reyes, y eran Magos,
con camello y caramelos, sin Corona,
la caída de un diente era fiesta,
despertar de almohada con regalos,
… en la calle había niños, y nada más.

Todo era mío, aunque no lo fuese nada,
pájaros y nubes surcaban el cielo,
la tristeza pasaba y moría al instante,
tenía libertad y estrellas, tenía amigos,
… en la calle había niños, y nada más.

Hoy hay coches, neón y humo crispado,
teléfonos móviles, paro y mucho Internet,
hay velocidad y ríos que vierten sangre,
las calles están muertas, están los niños
… enterrados en el cementerio de la Play.

3 comentarios:

Francisco O. Campillo dijo...

¡Excelente post!
Aunque no debemos rendirnos a la nostalgia, es cierto que aquel tiempo fue hermoso.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Francisco. Tus palabras me alegran y me animan.
ENFOCA Y ENFÓCATE.

Anónimo dijo...

Mis reyes magos si tenían corona, y bien merecida pues su sabiduría y bondad no eran fruto mas que de su voluntad.
Hoy somos adultos y respondables. Debemos ver el mundo tal cual es si queremos arreglar algo. Tenemos nuevas herramientas, teléfonos móviles, internet, velocidad, coches y neón. Nuestro objetivo: reducir el humo, sea crispado o no, el paro, el hambre, los rios de sangre.
Nuestros niños, creelo y si no lo haces habla con ellos, siguen siendo juego, amor y paz. Sus abuelos viven y sus padres somos su referencia, sus héroes que van desmoronándose poquito a poco. Solo mantienen el tipo los Reyes Magos y el ratoncito Pérez.
Además de protegerles y procurarles una infancia feliz, es nuestra obligación, muy a su pesar, enseñarles, transmitirles el conocimiento que hemos heredado y cultivado. Así cuando les llegue el momento podrán continuar nuestra taréa.
Tendrán que ser conscientes de los problemas pendientes y errores que cometamos. Todo a su debido tiempo. Pero no podemos permitir que vivan ignorantes de sus semejantes. Ahora mis niños juegan en la playa donde yace dulcemente mi YO NIÑO. Mientras tanto que cada uno mantenga de verdad todos los pedacitos de heroe que le queden. Cada cual según su conciencia o creencias y hombro a hombro en lo que coincidamos.

Rebelion

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