25 de marzo de 2008

La lucha del obispo Cañizares

Antonio Cañizares, uno de los obispos de más peso específico en la actual Conferencia Episcopal Española, celebró anteayer Domingo una Eucaristía en Toledo, en la que advirtió de "la dureza que hoy tiene la batalla por la vida", dureza que en este momento se incrementa "con normativas que favorecen el aborto, la eutanasia y la investigación con embriones".

Respecto a lo último, queremos aclararle al señor obispo que la investigación con embriones, no sólo no ataca a la vida, sino que es precisamente la apuesta de la ciencia por la vida y la salud. Defiende la vida, y la vida de calidad; es la moral de la Iglesia Católica la que deberá dar explicaciones de por qué quiere condenar a los demás al dolor, a la mala calidad de vida, y a no poder decidir sobre su propia muerte.

En todo caso, queríamos resaltar que, en los ejemplos aportados por el purpurado, se le ha olvidado mencionar (como claros y flagrantes ataques a la vida) el hambre, la pobreza o la guerra. Y ha sido una casualidad fatal porque, esta vez, los ejemplos que ponía Cañizares servían para atacar al PSOE, mientras que los que implicarían la culpabilidad del PP en "el problema de la vida" son, justamente, los que "se les ha olvidado".

Pero eso ha sido sólo esta vez; todos sabemos que en la encarnizada "lucha de los obispos a favor del Evangelio y de los pobres", siempre han sido ecuánimes y objetivos a la hora de criticar a la derecha y a la izquierda. ¿O no?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para los nacis, los judios no merecían el respeto y los derechos de un ser humano ario. Para los abortistas, un embrión no es un ser humano. Para un católico si son seres humanos.
Mientras se ensalza a quienes combatieron con las armas a los nazis, se critica a quien utiliza la palabra contra los abortistas.
Hay que ponerse en la piel del otro para entenderlo.
Si tu pensases así sería comprensible que luchases con uñas y dientes por salvar siquiera una vida o por evitar la producción de seres humanos como mercancía para los laboratorios.
La libertad existe para que el otro pueda expresar sus sentimientos e ideas. La expresión de los demás para que los que creemos en la libertad nos pongamos un momento en su lugar y decidamos que tipo de personas queremos ser de verdad.
Mi repeto y comprensión para toda mujer que tiene que afrontar dificiles momentos. Pero mi ánimo para que elijan en camino de la vida.

Anónimo dijo...

A Pablo:
No recrimino a la Iglesia que luche contra el aborto (creo que hay otras formas de hacerlo) sino:
- que pida (sin decirlo) el encarcelamiento de la mujer que aborta.
- que le dé mucha más importancia (a juzgar por las veces que habla de ello) al embrión que al niño ya nacido que muere de hambre, o víctima de la guerra.
- que manipule a la gente diciendo que la invesTigación biogenética es para comerciar con seres humanos (Te recuerdo, por lo demás, cómo la Iglesia permitió- incluso alentó- a que las monjas violadas en Ruanda abortasen en secreto, pues le pareció "menos escandaloso que el que se tuvieran que salir por ser madres").
Te recuerdo también el tradicional escalofrío que a la Iglesia le ha producido siempre el mundo de la ciencia-técnica, de la cultura y del libre pensamiento (¿no recuerdas cómo sacrificó en España al cardenal Tarancón por propiciar el diálogo fe-cultura y fe-ciencia?, ¿no recuerdas cómo los moralistas de la Iglesia, al principio, se oponían a toda intervención quirúrgica porque era "contra-natura"?. Llegará el día, o el siglo, en que acepten los logros humanizadores de la ciencia.
También critico a la Iglesia que sea tan absolutamente descarada a la hora de apoyar a las formaciones políticas conservadoras, para después apropiarse, teóricamente y "de boquilla" muchos de los valores de la Ilustración y de la izquierda (que no del comunismo o leninismo, aclaro).
Y, desde luego, no creo que la Iglsia sea el mejor ejemplo de lucha por la libertad (no hay más que ver el trato que dan, dentro de ella misma, a los teólogos y moralistas que se desmarcan de las posiciones oficiales).
Acepto, en cualquier caso, tus críticas (incluso las agradezco) pues no pretendo, aunque te lo parezca, ser dogmático. Yo propongo mis ideas y, si te he parecido demagogo, provocador u ofensivo, te pido disculpas, pero, sinceramente, aunque mi lenguaje no sea muy correcto, creo que no estoy mintiendo en lo que afirmo (aunque siempre espero, abierto, a que se me contradiga, argumentándome en qué son falsas mis posiciones).
Y, por último: aún estoy esperando que mucha gente "neoconservadora", que pretende apropiarse los valores de la libertad, la justicia y la solidaridad, acepten mi invitación de hacer un pacto: que nosotros dejemos de criticar al episcopado (que no a la Iglesia), ellos a la izquierda, y, juntos, nos unamos para luchar contra esta globalización neoliberal, criminal e injusta que, no me negarás, sí que trabaja conra la libertad y la justicia.

Rebelion

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