8 de marzo de 2008

Dolor, mucho dolor

De nuevo la banda terrorista ETA se ha presentado en campaña como sabe: matando una vida, destrozando una familia, atemorizando a unos políticos y a la sociedad.

Desde aquí, humildemente, nos condolemos con la familia de Isaías Carrasco, que ayer malvivió una agresión brutal, un daño tal que no somos capaces de imaginar. Cómo se puede ser tan desalmado. También envíamos nuestro más sincero pésame a los socialistas de Euskadi y de España.

Es tanta la crispación vivida en estos cuatro años, que se hace muy difícil escribir esto sin comentar nada. Hierve la sangre por cosas que escuché ayer. Pero no, hoy no es el día. Nada aporta echar más leña al fuego.

La jornada de reflexión viene con un deseo, que este atentado no cambie el sentido de ningún voto, que ETA no se apunte ese triunfo.

Hay otro deseo, que se me antoja de iluso: que los partidos políticos, especialmente PP y PSOE, aprovechen este día para reflexionar acerca de "¿qué hemos roto nostros?". Ya llevan cuatro años diciéndonos qué han roto los de enfrente y los de enfrente no se enteran. A lo mejor es más factible recomponer lo que uno mismo haya roto, sin esperar nada de los otros. Pero es sólo una ilusión, no me queda esperanza.

Hoy no es el día de hablar de nada más. Lamentablemente pronto nos darán la oportunidad de hacerlo, no dudo en que su capacidad de crispar no ha tocado techo.

Triste día, mataron a un hombre cuyo único delito fue ser concejal en Mondragón. Como tantos otros muertos en días tristes.

2 comentarios:

Francisco O. Campillo dijo...

Posiblemente el mejor post que he leído sobre este execrable asesinato. Lo enlazo desde CAMINANDO.

Sólo quien ama vuela dijo...

Muchas gracias, Francisco. Es un honor que enlaces el post desde tu blog Caminando en el desierto.

Rebelion

Web Analytics