13 de mayo de 2008

Neoliberal con cuatro brochazos progres

Así ha respondido el que fuera coordinador general de IU, Julio Anguita, cuando, en una entrevista muy reciente, le preguntaron si Zapatero es realmente de izquierdas: "Zapatero es un liberal con cuatro brochazos progres".

Se puede decir más alto, pero no más claro. No es éste el momento (ni el artículo) de explicar y desarrollar esta opinión de Anguita (o, al menos, de explicar por qué estamos totalmente de acuerdo con ella). Sí hemos ido deslizando muchos "brochazos" en estos artículos, que afirman lo mismo. Pero el debate que quiero traer aquí hoy es otro (y que creo, honestamente, que habría de ser la reflexión de fondo).

Desde hace ya bastante tiempo, en algunos espacios progresistas se viene discutiendo sobre cuál es (o debe ser) el camino para acercar nuestra sociedad (o, al menos, nuestro país) hacia una realidad social de izquierdas; se podría resumir en el viejo debate reforma-revolución (aún cuando sé que esto es una simplificación: de fondo hay, no sólo vectores de ideología política, sino también éticos, psicológicos, culturales, pedagógicos e incluso religiosos).

Me he topado con muchas personas de izquierdas (de verdad), con las que comparto unos mismos valores y una misma meta, pero que dicen que "el discurso radical no es el camino". Afirman que plantear cosas como un cambio del sistema, de las estructuras, una "revolución" (no violenta, por supuesto), "es un error y no es el camino".

Sus argumentos: que iríamos de cabeza a la ruina económica (no sé si se refieren a una ruina "como la de Cuba", por ejemplo, donde todo el mundo come y no hay un solo niño en el país sin escolarizar, frente a los, por ejemplo, cuarenta millones de pobres de EEUU); que las inversiones desaparecerían y los capitales huirían despavoridos; pero, sobre todo, que eso no es lo que quiere la gente. Es decir, "que la fruta aún no está madura".

Obviamente, a algunos nos asalta y preocupa la duda de para cuándo vamos a esperar para "regar el árbol para que madure la fruta". O antes aún: ¿qué estamos haciendo exactamente desde la izquierda para empujar a la sociedad civil hacia "esa madurez"? No quiero parecer, ni mucho menos, mesiánico, pero no puedo reprimir la pregunta: ¿cuántas personas tendrán que morir de hambre, o a causa de la guerra, para que nos entre "un poco de más prisa" para darnos cuenta de que aplazar la lucha por el cambio de sistema, no es más que "un pacto con el diablo" que no soluciona el terrible problema de la injusticia socioeconómica?

Ya sé que la gente no quiere un cambio radical, un cambio de verdad (me refiero, naturalmente, a la gente que puebla la cuarta parte del planeta, los habitantes del Norte satisfecho). ¿Cómo van a querer si disfrutan (disfrutamos) las mieles del paraíso consumista? ¿Cómo van a querer si no sabemos qué tendríamos que dejar antes: si el móvil, Internet o el aire acondicionado; si las inversiones en bolsa o los ahorros para el piso en la playa? ¿Cómo van a querer "si todos tenemos que pagar la hipoteca"? Pero, sobre todo, lo que más me preocupa es: ¿cuándo van a querer?

Si mi análisis no me falla, mientras el sistema controle los medios de comunicación, el sistema educativo, la universidad, nuestras cuentas bancarias, y hasta todos nuestros teléfonos por satélite (sin contar los nuevos dispositivos "tipo GPS" que ahora llevan nuestros pasaportes y que pronto llevarán todos nuestros DNI), creo que habrá que seguir esperando. La colonización de la conciencia está absolutamente garantizada. Mientras tanto, supongo que la falta de democracia real aquí, y el hambre de los pobres allí, pueden seguir esperando.

Y este sector progresista de verdad (con el que, repito, comparto los valores y las metas), con "las razones pedagógicas", terminan cayendo en la trampa de la "demonización del PP" (en palabras de Anguita) y apoyan (con la nariz tapada, eso sí) el bipartidismo. Pero mientras el hambre siga matando seres humanos por millones, creo que no basta con "hacer reformas en la casa": hay que tirarla entera y construirla de nuevo desde otros cimientos.

Yo no digo que haya que "dar un golpe" o propiciar una revolución de las de antaño; pero, mientras estamos en la acción política de las reformas, habrá que darse mucha más prisa en acelerar otra acción, no menos importante y sí más urgente: la educativa, la cultural, la concienciadora, que no es menos acción política (que se lo digan a la COPE, o a El Mundo, en la orilla contraria).

Tengamos cuidado con las reformas, no vayamos a convertirnos en neoliberales con cuatro brochazos progres. Viniendo de Anguita, me inspira confianza: es el único al que le oigo discursos autocríticos, hacia IU (de la que denuncia sus luchas internas, su degradación política y personal y sus reinos de taifas) y hacia su misma persona (reconociendo que los problemas de la coalición surgieron estando él de líder). Sinceramente, no les oigo semejantes autoinculpaciones a los grandes beneficiados del bipartidismo. Y, como diría el excelente teólogo de la liberación, Jon Sobrino, son poco creíbles cuando dicen que "no hay que tener prisas", porque no lo dicen llorando.

Creo que, en lugar de tanta energía despilfarrada en la lucha por el "asalto al Palacio de invierno", la izquierda tiene que acoger urgentemente este problema y este debate: la educación, los valores (con los pobres al fondo). Y si la gente no quiere... habrá que ir haciendo que quiera. Antes de que el hambre sea ya irremisiblemente imparable, arrase nuestras confortables fronteras y nos quiten el pan a las malas. Que derecho tendrían.

11 comentarios:

Javier dijo...

Hola¡
Interesantísimo el artículo. Da para hablar de muchas cosas. La primera, constatar el liberalismo de ZP. Dicen que los círculos económicos europeos preferían que saliera reelegido ZP antes que los supuestos liberales (PP) llegaran al poder, debido al conservadurismo de estos últimos. Así que más claro...

En otro orden de cosas, estoy de acuerdo con la urgente necesidad de construir otro mundo, mucho más parecido al modelo cubano que al estadounidense, pero como en todo, hay una escala de grises; y creo que la gente de izquierda de verdad debería explorar esos matices, porque un estado comunista puro y duro conlleva (ha conllevado) muchos problemas de libertad y derechos humanos. Y como dice Galeano en "Patas arriba", siempre el ser humano se ha empeñado en contraponer libertad y solidaridad (igualdad, justicia), cuando ambas deben ir de la mano. Creo que deberíamos buscar ese sistema socialmente justo. Yo apostaría por el comunismo como sistema mundial, es decir, sería estupendo comer todos los días arroz y ducharme con una manguera y agua fría si sé que TODAS las personas del mundo hacen lo mismo (es un ejemplo extremo). Si nadie se muere de hambre, me daría igual cómo estuviera yo, incluso morir si hace falta.

Un abrazo,

Anónimo dijo...

¿Fue en la misma entrevista que dio en La Noria de Tele 5, programa rosa, morboso y cutre donde lo haya? ¿Donde dejó, con su arrogante indiferencia, a Rosa Aguilar a la altura del betún? Lo siento, lo tuve que quitar de la vergüenza ajena que me dio alguien al que en su momento admiré. ¿No aprenderán los dirigentes a quitarse de enmedio con dignidad (como Gerardo Iglesias por ejemplo)?

Anónimo dijo...

A Anónimo:
No fue en ningún programa rosa, sino en la prensa.
No puedo opinar sobre la entrevista que mencionas porque no la he visto. Pero ya que la nombras, te diré que algunas fuentes preconizan que Rosa Aguilar tiene pie y medio en el PSOE. Si definitivamente es así, no me parece ésta la mejor manera "de quitarse de enmedio a lo Gerardo Iglesias". Me parece, más bien, poco constante, poco coherente y menos aún izquierdista.
Si esto finalmente se cumple, observa el cambio: de regenerar la izquierda más auténtica a "fichar" por la, eufemísticamente llamada, socialdemocracia.
ENFOCA-ENFÓCATE.

Anónimo dijo...

A Javier:
Suscribo totalmente tus palabras (aunque no creo que lo del arroz fuese necesario). Muchas gracias por ellas.
ENFOCA-ENFÓCATE

Anónimo dijo...

Excelente entrada. Interesante para la reflexión. Comparto las ideas.

Ánimo!.

Anónimo dijo...

Me sorprende muchísimo que a estas alturas haya pensamientos todavía anclados en el simplismo de las "dos orillas", una en la que radica todo lo bueno y otra en la que radica todo lo malo.
En mi caso descarté los etiquetados de las ideologías hace mucho tiempo, sólo creo en lo que son y hacen las personas, yo tuve el privilegio de nacer en una familia de proletariado agrícola y mi padre, líder sindical cuando a Franco no le temblaba la mano, me enseñó a recelar de los mesías que ignoran las desgracias de sus vecinos, compañeros de trabajo, amigos y de su propia familia pero que siempre tienen la voz alta para el apostolado hacia la revolución universal. En ese tiempo los ortodoxos de la causa comunista no dudaron en traicionar a mi padre cuando intentó anteponer los intereses del colectivo de trabajadores a las directrices estatales de "la causa", y desde ese tiempo tengo muy claro que para ser un fascista no es requisito sine qua non ser de derechas, los hay muy solventes que retozan en los pulcros jardines de la izquierda.

No entiendo que el bienestar sea una obsesión de la izquierda, siempre denostado, al mismo tiempo que se denuncia la pobreza, que no es otra cosa que la falta de bienestar.
Claro que es injusto el mundo actual donde la riqueza se distribuye de forma tan desigual, claro que es terrible la miseria que desde el "norte satisfecho" conocemos por el telediario, lo que no acabo de entender es el motivo de que le carguemos la culpa de ese estatus injusto al liberalismo y a las sociedades de modelo capitalista, ¿ porqué liberamos de esa carga al marxismo y a las sociedades de modelo comunista ?, lo que ahora tenemos es en gran medida el fruto de la segunda mitad del siglo XX, donde la fuerza emergente fue el comunismo, que no se privó de aventuras colonialistas ni de lucir el totalitarismo como receta para purgar las "debilidades" de la disidencia. ¿ Qué hicieron los prebostes del comunismo para equilibrar este mundo tan injusto ?, ¿ qué herencia hemos descubierto como legado comunista en la parte de Europa que ahora se pone en fila para recibir panes y peces de la Europa capitalista que dio origen a la UE ?.

La palabra revolución no da de comer, el ejemplo de Cuba como argumento es tétrico, en el régimen monárquico castrista la subsistencia de la población depende en un porcentaje atroz de las divisas que manda la otra Cuba y en otro porcentaje de los petrodólares que luce en sus cartucheras ese antigringo de monopoly llamado Chávez.
A todos nos debería preocupar más la gente que vive en Cuba y menos la simbología geopolítica de esa isla, puedo decirlo con conocimiento directo de causa, en Cuba se vive mal, la gente lo pasa mal, con dignidad y con todo lo que queramos, pero se vive en penuria.
¿ No preocupa a la izquierda española que en Cuba haya racismo en cuanto a la promoción educativa y social de los negros ?, ¿ que haya una persecución despiadada a los homosexuales ?... ¿ vamos a seguir per eternum aferrados a hacer la colada de todos los males en torno a que Bush es un yanquee bruto e ignorante ?.

Por cierto, debemos mejorar no solo el rigor de los análisis sino la honestidad de sus intenciones, vale ya de utilizar los puntos negros de la sociedad yanquee para gratificarnos, eso es de una mediocridad bastarda, ¿ queremos cotejar virtudes y faltas ?, pues démonos un paseo por Dinamarca, por Noruega, por Finlandia, por Suiza..., no son paises comunistas, su tradición de liberalismo social y de capitalismo económico es sobradamente conocida, ya está bien de dogmatismos, lo que debemos hacer es pensar en la gente y en la lucha por una sociedad más justa, menos desigual, yo pongo mi granito de arena desde el movimiento vecinal, cuando consigues que un barrio de inmigrantes tenga suministro de agua potable estás consiguiendo algo más valioso que una prédica desde un ordenador criticando al capitalismo mientras disfrutas de un chivas. Ser progresista es una forma de vivir, no una forma de pensar y se es de izquierdas no por lo que se dice sino por lo que se hace.

Anónimo dijo...

A anónimo:
Primera cuestión: el modelo de desarrollo y consumo de los países nórdicos europeos no es, en absoluto, exportable (no soporta el criterio básico de desarrollo sostenible, aunque sólo fuera por la carencia de materias primas y combustibles fósiles) y Vd y yo lo sabemos. Es más: Vd sabe de sobra que el nivel de vida de Dinamarca o Noruega, por ejemplo, tiene mucho que ver con el del África subsahariana o Bangladesh, por ejemplo.
Segundo: afirmar que la situación actual del mundo es el resultado del comunismo, sólo puede ser o un terrible desconocimiento geopolítico o una malintencionada perversión ideológica (aún peor que la que Vd me acusa, pues los datos muestran que no es así).
Tercero: jamás en esta web se ha hecho una prédica del comunismo. Jamás. Pero da la casualidad que el imperialismo transnacional vigente es neoliberal. Si fuese comunista, aquí lo estaríamos criticando. Pero no lo es.
Cuarto: Detecto una enorme incoherencia en sus palabras. Por un lado, Vd afirma que "hace tiempo que renunció a las etiquetas ideológicas" y, por otro, todo lo que dice a continuación muestra exactamente lo contrario, Vd hace un discurso absolutamente ideologizado, neoliberal y sin datos.
Quinto: las fuentes mediáticas con que el sistema nos "informa" sobre Cuba están totalmente tergiversadas y manipuladas. Hay que estudiar otras fuentes alternativas. Yendo por delante que suscribo totalmente su denuncia de la violación de los derechos humanos en los países comunistas (Cuba incluída), al tiempo que le recuerdo a Vd las de EEUU (Guantánamo, Irak, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Vietnam y un ilimitado etc). Sin ir más lejos, de lo primero que ha hecho Raúl Castro ha sido suprimir la pena de muerte, práctica aún existente en ese "modelo democrático" USA que Vd defiende. (No desarrollo ahora la detención en EEUU de miles de ciudadanos musulmanes, tras el 11S, injustificadamente, sin pruebas, y con juicios y sentencias secretas y sin derecho a defensa alguna). ¿Y la Escuela de las Américas, en el estado de Georgia, academia de tortura al servicio de los gobiernos militares de América Latina, durante la segunda mitad del siglo XX; es eso el ejemplo de la defensa de los derechos humanos?
Sexto: el nivel de pobreza en Cuba (país enormemente mejorable, se lo reconozco) es inmensamente inferior al de la gran mayoría de países latinoamericanos con gobiernos "capitalistas" títeres de la Administración USA. Vd debería saberlo.
Séptimo: me congratulo, y le felicito, por su trabajo en la barriada inmigrante. Al contrario que Vd, yo no voy a "adivinar" si su estilo de vida es "progre y burgués"; Vd, sin conocernos de nada, ni tener la más mínima idea de nuestra vida (ni de lo que hacemos o dejamos de hacer) se ha permitido el lujo de acusarnos de "mediocres bastardos", de no vivir lo que decimos y no sé cuántas cosas más, al tiempo que nos da una "lección moral" sobre lo que es ser de izquierdas y sobre el horror de escribir en una web. Le repito: Vd se ha nombrado a sí mismo juez nuestro, de nuestra vida y actitudes. Ha traspasado el plano del debate de ideas y ha pasado a la acusación personal (que nosotros no le devolvemos en absoluto, pues tampoco le conocemos). Pero sí que es una exrtaña forma ésa de exponer un discurso objetivo y no ideologizado.
ENFOCA-ENFÓCATE

Anónimo dijo...

Acabo de leer con asombro la respuesta bélica que alguien da a mi humilde opinión, que expuse en la creencia de haber accedido a un foro tranquilo y de aspiraciones reflexivas y sin exclusiones.
Visto que no es así, me abstendré de volver a participar, pero me resultaría injusto callar y no aclarar algunas cuestiones que de manera tendenciosa (que me asombra), se disparan con bala de plomo en dirección hacia mi persona:

- Pueden ustedes buscar debajo de las alfombras de mi comentario, jamás he insultado a nadie ni acuso a nadie de mediocre ni de bastardo, únicamente dije y ratifico que explicar todos los males del mundo actual culpando a Bush o a los yanquees es un pensamiento mediocre por su falta de rigor y bastardo por su pérfida intención.
Ni insulto a personas en general ni mucho menos a una persona en particular, me he limitado a opinar sobre una explicación simplista a la que se recurre mucho para justificar los desequilibrios de un mundo cuyas alocadas fronteras se fabricaron desde una Europa ambiciosa y sin escrúpulos y no desde la Casa Blanca (por cierto, no soy defensor de los halcones neocom ni me apunté voluntario a la guerra de Irak, es triste, pero hay que puntualizarlo cuando la demagogia prende fuego en los discursos).

- Ni bajo las alfombras ni bajo el más alcoholizado de los sueños está escrito en mi comentario que yo culpe al comunismo de los males del mundo, lo que dije y ratifico es que no entiendo el motivo por el que "alguien" (y no me refiero a quien se ha revelado como mi inesperado enemigo en este foro), ha decidido que el modelo comunista, que llegó a ser gobernante en medio mundo, no tiene ni un 0,1% de cuota de responsabilidad en esos males; por cierto, que de esa reflexión se concluya que yo soy un neoliberal no es más inteligente que la deducción punzante de quien al declararse seguidor del Barsa es automáticamente proclamado enemigo genético del Madrid; ese es el mundo que yo detesto, creo en una sociedad poliédrica, me asustan los afanes sicóticos por encasillar a la gente.

- Servidor ama Cuba por razones personales y en mis sueños juveniles pude levitar con la utopía de la revolución, pero por conocimiento directo (insisto, directo, no a través de la prensa "bien pagá" de Washington), me consta lo que ocurre a diario en Cuba y me preocupa el sufrimiento cotidiano de la gente, aunque hablar de ese sufrimiento sea considerado por algunos como una oda al capitalismo más casposo.
En mi caso veo el mundo de otra manera. Me tiré muchos años tirando de multicopista panfletaria contra los gringos y de todo se madura, hasta de eso.

- No tengo el menor prejuicio sobre quienes participan o promueven este foro, ni sobre su forma de vida ni sobre su sinceridad o hipocresía, eso me lo atribuye este improvisado enemigo porque acostumbra a juzgar no lo que dice el otro sino lo que entiende que el otro quiere decir con lo que dice, aunque una cosa y otra se parezcan como un huevo a una castaña, es una fórmula dialéctica que conozco muy bien porque no es la primera vez que la sufro, pero agradeceré enormemente que me repliquen lo que yo he dicho, no lo que alguien imagina que pretendo decir.

- Y seguimos con la letanía, nada de mi artículo permite deducir que apoye al imperalismo yanquee ni las barbaridades de la CIA ni las violaciones de derechos humanos, ni lo que hicieron en Vietnam, ni su compadreo con las dictaduras latinoamericanas ni la muerte de José Couso, ni lo infumable de su gastronomía ni...ni...por Dios, que ya nos hemos perdido.

- En resumen, que no he juzgado a nadie, que no doy lecciones a nadie, que no considero un horror escribir en una web (?) cuando semejante petulancia tendría lugar a través de una web, y que por supuesto NI POR ASOMO hay acusaciones personales de ningún tipo, es increibe confundir la parte con el todo, la opinión con el insulto, la tesis con la síntesis, lo siento, siento que una acción tan insignificante como mi comentario haya generado una reacción tan brutal.

La validez del equilibrio social danés o finlandés no radica en que sea o no exportable, la cuestión es otra y bien simple, cada situación responde a un tiempo, lugar y a unas condiciones determinadas.
Esas sociedades han alcanzado un equilibrio razonable entre los derechos individuales y las garantías sociales, con independencia de que el petróleo esté a 100 o a 100.000 kilómetros,eso también lo sabe usted y me refiero por usted a quien con tanta inquina se ha tomado mi opinión.
El equilibrio nórdico queda muy por encima de los agujeros de la sociedad norteamericana y muy por encima de las descompensaciones harto conocidas de los paises comunistas, en las que no voy a profundizar a riesgo de que usted termine por acusarme de agente sionista.

Mi batalla personal es bastante más plana que la suya, trato de ayudar a los que tengo alrededor porque salvar el Amazonas es misión para almas superiores.

Visto que en este foro opinar ofende, despreocúpese que me pondré a buen recaudo. Es lo que hay.

Pero en buena lid y haciendo honor a la educación de izquierdas que me dio mi padre opto por despedirme pidiéndole disculpas a "usted" si en algo le he ofendido, porque nada hay más jodido que ofender sin intención, dicho queda al tiempo que le ruego a "usted" un esfuerzo para aceptar la discrepancia como ejercicio sano de democracia y no como pulso salvaje, que me ha querido usted retorcer el cuello con saña en un día inoportuno a causa de una pertinaz tortícolis, que espero no me haya propiciado usted con algún juramentado mandamiento.

Anónimo dijo...

Querido amigo (que nunca enemigo) Anónimo:

Se ha tomado Vd la molestia de dedicarme (y dedicarnos) un buen rato de su (sin duda) valioso tiempo, para opinar en nuestro foro y merece, con toda justicia, que yo le dedique también el mío, y le responda.
Sin entrar en otro cruce de “acusaciones” (para lo cual no quiero tener tiempo) sí que creo que debo contestarle honestamente. Sinceramente, no he tenido en ningún momento la sensación de ser su enemigo, de atacarle, o de tener con Vd actitudes bélicas o envenenadas; creo que el tono con el que yo le respondí su primer comentario iba muy en consonancia con el empleado por Vd, con parecida “temperatura emocional”.
Pero Vd opina que he sido muy susceptible injustificadamente, puesto que Vd sólo pretendía “opinar humildemente”. Es seguro (puesto que Vd así lo afirma, y yo no lo pongo en duda) que no pretendía ofenderme en ningún momento, y es posible que yo (desde luego, inconscientemente) haya podido estar muy susceptible. Pero Vd me pide una explicación, y yo debo dársela. Debo explicarle qué partes de su comentario han podido provocar mi susceptibilidad:
-“Me sorprende que haya todavía pensamiento anclado en el simplismo de las dos orillas”. (Interpreté que nos llamaba simplistas).
“No entiendo que le carguemos la culpa de ese estatus injusto al liberalismo y a las sociedades capitalistas” (Lo interpreté como una justificación del neoliberalismo capitalista).
“Lo que ahora tenemos es el fruto de la segunda mitad del siglo XX, donde la fuerza emergente fue el comunismo” (Lo interpreté como echarle las culpas de la situación actual al comunismo)
“Debemos mejorar la honestidad de las intenciones de los análisis”. (Aquí interpreté que Vd no juzgaba los posibles errores de mi análisis, sino la “honestidad de las intenciones de los mismos”).
“Lo que debemos hacer es pensar en la gente y en la lucha por una sociedad más justa” (Aquí entendí que me decía que no pensamos en la gente ni luchamos por una sociedad más justa).
“Ya está bien de dogmatismos” (Aquí interpreté que me estaba acusando de dogmático)
“ (…) está consiguiendo algo más valioso que una prédica desde un ordenador criticando al capitalismo mientras disfrutas de un chivas” (Aquí malinterpreté que Vd se comprometía con los inmigrantes de su barriada mientras yo lanzaba “una prédica desde un ordenador criticando al capitalismo mientras disfrutaba de un chivas”).
“Ser progresista es una forma de vivir, no una forma de pensar y se es de izquierdas no por lo que se dice sino por lo que se hace” (Y aquí malinterpreté que me daba una lección moral sobre lo que es ser progresista y de izquierdas).
Le aclaro que, en ningún momento, estoy queriendo ironizar ni, mucho menos, caricaturizar su escrito. Si le respondo con este estilo (de interponer sus frases) es para justificar mi susceptibilidad, para explicarle qué fue exactamente lo que me hizo interpretar (posiblemente mal) sus palabras. Si Vd las relee atentamente, puede comprobar que, al menos en algunos casos, pueden dar lugar a la malinterpretación.
Pero cerrando este “cruce dialéctico” le quiero decir muy seriamente algunas cosas:
- En primer lugar, le felicito por lo magníficamente bien que escribe y que expone Vd sus ideas (al margen de que podamos no estar de acuerdo, disfruto leyéndole).Y no le estoy “dorando la píldora”:le soy absolutamente sincero.
- Le aclaro que no pretendemos ser dogmáticos ni, mucho menos, cerrarnos a la crítica. Al contrario, los comentarios que recibimos con insultos, ni los respondemos (y si son demasiado maleducados, ni los publicamos). Al responderle a Vd, queremos demostrarle que le estamos respetando y teniendo muy en cuenta, aunque sea para discutir.
- Lamentaría mucho que, por nuestra discusión, dejase Vd de visitarnos y de criticar nuestras ideas. Le aseguro que sí que creemos firmemente en el debate de las ideas; le repito que, simplemente, malinterpreté que lo que Vd juzgaba y criticaba eran nuestras intenciones, nuestras actitudes personales y nuestra vida.
- Por último, y sin ironías de nuevo, le ruego me disculpe y no nos castigue con su ausencia. Ojalá lea Vd, al menos, esta disculpa. Le aseguro que, si continúa Vd discutiendo nuestra línea, nos tomaremos muy en serio sus ideas y las reflexionaremos. Y le pido que me crea Vd (y crea mi buena intención) como yo le he creído a Vd.
ENFOCA-ENFÓCATE

Anónimo dijo...

A quien corresponda.

Anuncié mi honorable retirada de este su foro y en dicha intención persisto aunque nada de malo hay en su temporal enervación, sin abjurar de tal compromiso, cuando de conciliar antagonismos finalmente se trata.

Pasados ya de réplica y dúplica la razón fundamental de mi postrero comentario es que, por fin, entiendo el origen de esta inaudita pendencia, que en absoluto guarda relación con los postulados de cada parte y mucho menos con descalificaciones a la contraria.

El quid de la cuestión es bien sencillo, yo entendí que el comentario base "Neoliberal con cuatro brochazos progres" no era más que un posicionamiento en torno a un tema, a partir del cual se invita a que otros aporten su propio posicionamiento y eso es lo que me sirvió de inspiración, dicho en otros términos, yo no mandé un comentario de réplica al comentario base y por lo tanto y mucho menos una respuesta agria a su autor o autores, lo que yo hice fue poner luz a mi personal visión sobre algunos aspectos del tema sugerido, con unas reflexiones cuya presunta acidez en ningún caso iba dirigida contra nadie en particular y sí como crítica hacia una sociedad de la que formo parte, vanalmente orgullosa de unos principios que se ha apropiado como señas de su identidad, ignorando a conveniencia que, progresivamente y sin pausa, están siendo invadidos por un tejido adiposo muy espeso de demagogia, de solidaridad ficticia y de concienciación sólo discursiva, sin que por ello pretendiera ni osara catalogar de demagogo, insolidario o hipócrita al autor o autores del comentario base, puesto que éste en ningún caso fue para mí otra cosa que la espita del debate, pero no su objeto.

Claro está que el foro es de quien lo promueve y que en rigor ustedes marcan las reglas, obvio es por tanto concluir que soy yo el equivocado en cuanto al planteamiento dialéctico, pero me tranquiliza la certeza de que todo ha sido un malentendido.
Esa debe ser la única huella que espero dejar a mi paso por su foro, y no la de insultos o epítetos descalificantes, muy alejados de mi forma de ser y de mi intención.

Aun no repuesto del primer ataque los dardos de la palabra han vuelto a rondar mi cabeza, aunque en esta ocasión creo haber entendido que el despliegue dialéctico se enmnarcaba dentro de una misión de paz, para fruición tranquilizadora de mis herederos si les acucia ingresar en cuenta la legítima.
Pero de esta guisa me refugio en el sentido del humor y, puesto que se ha firmado una tregua, será de pacífica aceptación el cierre de cualquier herida negando la preterición de las verdades, así que en mi contabilidad pasaré a morosos algunos trazos de una
exégesis poco académica y una paráfrasis desafortunada sobre mis comentarios y abdicaré de redimir en sus pecados a quienes dialécticamente practican la falacia del hombre de paja.

Seguro que podríamos arribar a un punto común si somos capaces de caminar con tiento entre lo sensible y lo inteligible, para impedir que las vísceras pisoteen a la razón y para forzar que la razón se exprese con inteligencia.
Por eso me interesa la ironía que practica en su último comentario (el de las balas para una muerte dulce), y que niega precisamente porque sospecha de sí mismo que la practica, pero no debe inquietarse, me encanta la ironía en su cabal sentido aunque a veces conlleve recibir puñetazos con guantes de seda.
Claro está que no hablo de la ironía gruesa o por kilos, osea, el sarcasmo, no hablo del insulto, la burla o la ofensa, me refiero sólo al comentario taimado y la reflexión sibilina; ya decía el finado Umbral que la ironía es la ternura de la inteligencia, pero yo voy más allá, creo que la inteligencia es una premisa de la ironía, puro glamour dialéctico del que están privadas las mentes binarias (blanco o negro).

Creo que con este comentario el huésped puede ya sacar su alma del purgatorio y coger las maletas hacia destinos menos convulsos, dando por pagada la factura y deseando no haber causado más molestias que las estrictamente necesarias.
Reciba un cordial saludo con todo el respeto, algo de ironía y propósito de sentido del humor, al fin y al cabo ninguna revolución debería omitir entre sus fines prioritarios hacer feliz a la gente, que de eso se trata, pasar un buen rato antes de que nuestros hijos nos pisen criando malvas.

Anónimo dijo...

Querido Anónimo:
Creo haber intuido de su "despedida" que no me ha creído Vd en absoluto (reléanse sus referencias a las "balas para una muerte dulce"). Ante eso, nada más puedo hacer.
Si acaso, devolverle por educación la despedida, aclararle que toda posible ironía no era más que un simple adorno formal (que, en absoluto, pervertía la sinceridad del fondo), achacarle a Vd (sin disfraces irónicos) su total ausencia de autocrítica (ni la más mínima concesión a que hubiese, al menos, la posibilidad de que sus "dardos" pudieran provocar la susceptibilidad ajena) y desearle que le vaya muy bien por esos otros "territorios menos convulsos". En la red los encontrará, sin duda.
Pero, en este momento, no logro atisbar una sola razón que me hiciera creer que, en caso de que Vd se dignara visitarnos de nuevo, lo hiciera sin prejuicios.
Eso sí, he de reconocerle que me ha hecho reir con su último post, que creo era lo que perseguía. Nobleza obliga.
Buen viaje.

Rebelion

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