Cada vez que tenemos alguna noticia acerca de intervenciones de la policía local de Sevilla en aplicación de la Ley Andaluza 7/2006, llamada Ley Antibotellón, nos echamos a temblar. Desde luego nuestra capacidad de asombro no tiene límites. A la violencia policial y el sillín de bici asesino hay que sumar lo ocurrido este verano y que aparece hoy en la prensa.
Victoria, Isabel, Elena y Ralf estaban charlando en un banco de la Alameda la madrugada del pasado 19 de julio cuando la policía les puso una multa de 100€ por "Charlar un grupo de cuatro personas en el silencio de la noche” (cito textualmente, pueden pinchar en la imagen para ver la denuncia). Hay que señalar que los cuatro conversadores no estaban bebiendo, sorprende un poco que se use una ley antibotellón sin botellas de por medio.
Entiendo que a las tres de la mañana incluso una tranquila conversación, en el silencio de la noche, puede ser muy molesta para quien quiere conciliar el sueño. Pero dado que la actitud de los charlatanes fue, según consta en la denuncia, de colaboración con el "requerimiento policial de cese de dicha conducta", hubiera bastado con pedir silencio.
Una vez más la policía sevillana se extralimita en sus funciones, aplicando salvajemente una ley que parece usar más de toque de queda que para facilitar la convivencia ciudadana. ¿De verdad el gobierno municipal es de izquierdas? Cualquiera diría que aún gobierna aquél.
Victoria, Isabel, Elena y Ralf estaban charlando en un banco de la Alameda la madrugada del pasado 19 de julio cuando la policía les puso una multa de 100€ por "Charlar un grupo de cuatro personas en el silencio de la noche” (cito textualmente, pueden pinchar en la imagen para ver la denuncia). Hay que señalar que los cuatro conversadores no estaban bebiendo, sorprende un poco que se use una ley antibotellón sin botellas de por medio.
Entiendo que a las tres de la mañana incluso una tranquila conversación, en el silencio de la noche, puede ser muy molesta para quien quiere conciliar el sueño. Pero dado que la actitud de los charlatanes fue, según consta en la denuncia, de colaboración con el "requerimiento policial de cese de dicha conducta", hubiera bastado con pedir silencio.
Una vez más la policía sevillana se extralimita en sus funciones, aplicando salvajemente una ley que parece usar más de toque de queda que para facilitar la convivencia ciudadana. ¿De verdad el gobierno municipal es de izquierdas? Cualquiera diría que aún gobierna aquél.
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