15 de octubre de 2008

Zapatero, a tus zapatos

Hace algún tiempo, el periodista Jesús Quintero le preguntó, en una entrevista, al Risitas qué le diría éste al presidente Zapatero. El Risitas, riéndose como siempre, respondió que él le diría: "Zapatero, a tus zapatos. Cuñaaaoooooooo".

No es mala respuesta. Un zapatero debe hacer (o arreglar) zapatos; y un presidente de gobierno socialista debe hacer... socialismo, mayormente. ¿Y qué es eso?

Tal como me lo explicaban a mí, cuando yo era alumno de Bachiller, consistía en: frente a la dialéctica "capital-trabajo", el socialista se pone a luchar a favor del trabajador; frente a la contraposición "clase alta- clase baja", el socialista se pone al lado de la clase baja; frente a la crisis económica, el socialista reflota el mercado laboral (aunque sea "regalando pingües exenciones fiscales a los empresarios que contraten mano de obra"), controla las políticas de precios en artículos básicos de primera necesidad, controla los tipos de interés de los bancos centrales, fomenta una política social de vivienda, lucha contra la especulación (inmobiliaria, financiera y "filosófica" si hace falta), aumenta progresivamente el gasto social, controla los desmanes de la banca y del capital, controla los movimientos de capitales, protege los derechos laborales de la clase trabajadora (y los derechos humanos en general).

Frente a la dialéctica “Mercado-Estado”, el socialista se pone de parte del Estado (contra el liberal) – así, al menos, lo dice el currículum de “Filosofía y Ciudadanía” que se enseña en 1º de Bachiller -. En su supuesta vocación “internacionalista”, el socialista está cerca de los movimientos sociales que trabajan por la paz y el desarme; en su supuesta vocación solidaria de lucha contra la pobreza, el socialista favorece una política justa de inmigración, una política justa de gestión de la deuda externa de los países empobrecidos, una política justa de comercio internacional, una política justa de atención a los enfermos, parados, ancianos, a los más desfavorecidos en general. Es decir, el socialista, etc, etc, etc, etc.

¿Cómo ha entendido esto nuestro presidente “socialista” Zapatero? En la dialéctica capital-trabajo, Zapatero mira para otra parte ante los despidos masivos que se están produciendo; ante el irresponsable comportamiento de la banca (jugándose literalmente el dinero de los trabajadores), Zapatero premia al capital comprometiéndose a regalar (150.000 millones de euros por ahora) a la banca… de los impuestos de los trabajadores (quitándolos de entre otros sitios, eso sí, del 25% de la pensión de los incapacitados por enfermedad, según ha amenazado). Frente a la especulación inmobiliaria, aportó la “solución habitacional” de los pisos “para ratones”. Frente al desarme, aumentó el comercio de armamento de nuestro país. Frente a la inmigración, acabó alineándose con Bruselas. Y frente a la posibilidad de hacer fuertes exenciones fiscales a las empresas que creen empleo, se equivocó de institución y a quien regala las mayores y mejores exenciones es a la Iglesia (pues habrá que mantener la COPE, ¿no?). Frente a la necesidad de subir el salario mínimo, fichó al liberal Solbes para que nos explicase que “así, no le cuadran las cuentas”. Por otra parte, nos demostró su “vocación republicana” aumentando un 2´7% el presupuesto de la Casa Real (en el momento de la peor crisis económica de España). Frente al apoyo a la escuela pública, las comunidades autónomas gobernadas por los suyos mantienen los centros públicos en un estado deplorable (el mío, sin ir más lejos, lleva desde principios de curso –un mes largo- sin dos profesores sustitutos –cuyos nuevo destino de uno de los sustituidos, y jubilación el otro, conocía la Delegación de Educación desde el año pasado-).

De plantarle cara al Banco Mundial, al FMI, a la OMC, a la OTAN, etc… “si eso, más adelante”. Pero no sería justo quedarnos en estas minucias: hay que reconocer que participa en las cumbres internacionales contra el hambre y está a favor de Obama. Sí señor: Zapatero está haciendo el socialismo del Pequi. Perdonen que me ría por no llorar.

Pero para reírme, prefiero, sin lugar a dudas, al Risitas: “Zapatero, a tus zapatos. Cuñaaaoooooooo”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial.
Lo suscribo totalmente.
Enhorabuena¡¡

Majura.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Majura.

Rebelion

Web Analytics