Hoy la banca española respira tranquila porque ya viene el séptimo de caballería a salvarle.La, hasta ayer, administración pública ineficaz e improductiva inyectará 30.000 millones (por lo menos) al sistema financiero para que la, hasta ayer, supereficaz y superproductiva empresa privada pueda salir del atolladero en el que su codicia criminal les ha metido.
Como concluye Juan Torres López en un estupendo artículo, pronto comenzaremos a oír mensajes que hablarán de la bondad de los impuestos y de la necesidad de aumentarlos. ¿Para dar más servicio al ciudadano? No, para salvar al sistema financiero.
En la web UnMundoMejorEsPosible.es su autor se pregunta: ¿Todavía hay alguien que se sorprenda de haber trabajado estos últimos años para financiar al mismo que le cobra por quedarse con el dinero que aún no se ha gastado, pero que se gastará pagando más impuestos que volverán a manos de quien ya los tuvo para volver a tenerlos…?
Lo malo es que el general Custer y su Séptimo de Caballería murieron con las botas puestas.
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