10 de junio de 2008

Despreciar la educación

¡Qué coraje nos da recordar que fuimos tan ingenuos de creer que los socialistas (pesoistas andaluces, quiero decir) se iban a preocupar por la educación pública y se iban a implicar en ella! ¡Qué inocentes! Pero los hay peores aún: hay quienes creyeron (y puede que aún lo crean) que el PSOE es verdaderamente socialista. Y, ¿se puede ser socialista (o de izquierdas en general) sin volcarse en la educación pública?

En primer lugar, los colegios e institutos están desabastecidos en recursos materiales, económicos y humanos. No se mandan sustitutos a los institutos y colegios, como no sea por bajas mayores de quince días (con lo que, en enfermedades en las que se dan bajas de quince días y se renuevan, los alumnos se pueden llevar meses sin profesor). Por no hablar de los institutos que llevan años sin renovar su biblioteca (por falta de dinero), o de los que no tienen ni un salón de actos (como el mío).

En este contexto, todos conocemos los resultados del informe PISA sobre educación, poniendo a Andalucía a la cola de Europa. ¿Qué hace la Junta al respecto? Ya lo conocemos: comprar la mejora de resultados (el aumento del número de aprobados) con el "Plan de Calidad" (7200 euros en cuatro años, para cada profesor que se acoja voluntariamente a dicho plan ). Ah, bueno: y publicar una orden en el BOJA, (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía), en el 2003, sobre la formación del profesorado, en el que nos "saca del error de creer que la educación pública va mal". Como sé que si les cuento lo que dice esa orden del BOJA, no me van a creer (porque es imposible creerlo) les transcribo literalmente un párrafo:

"Una de las cuestiones más debatidas en los últimos años ha sido el deterioro de la enseñanza y la consiguiente disminución de los niveles académicos en la ESO, que ha llegado a convertirse en el tópico por antonomasia de la contestación a la LOGSE. Según el informe de la Evaluación de la ESO en Andalucía, tal deterioro tiene todas las características de un mito que se extiende con fuerza sin la necesidad de justificar, argumentar u ofrecer evidencias. Tanto el profesorado como el alumnado admiten que no hay evidencias pero que hay una sensación de que así es".

Es decir: que me han explicado que, como profesor que soy, siempre he admitido que no es evidente en absoluto que la educación va mal. Lo he admitido, por lo visto, pero no me daba cuenta; no era consciente de que "lo estaba admitiendo".

En este contexto, estamos a falta de medio mes escaso para el final de curso, y aún está sin publicar el nuevo decreto de bachillerato, con lo que es imposible organizar el próximo curso, imposible que los alumnos hagan su matrícula (pues no saben qué asignaturas optativas va a haber), imposible preparar las plantillas de profesores...

Por otro lado, los profesores que el curso próximo van a estar en el extranjero (o enseñando allí o estudiando), aún no saben qué será de ellos (esto es, si irán o no), pues la orden para la concesión de licencias por estudios (o intercambios) no saldrá hasta mediados o finales de Junio (y las listas de admitidos, para Octubre o Noviembre, más o menos) Es decir, que los profesores empezarán sus cursos, los abandonarán a los dos meses, se irán un año, y volverán al curso siguiente... con dos meses de retraso. Todo porque una convocatoria que debía haber salido en Febrero, no ha salido aún a 9 de Junio. Es que había elecciones, ¿sabe vd?

Pero no, la educación no funciona mal. Es un mito. Sin pruebas, evidencias ni argumentos. Como todos los profesores admitimos, funciona perfectamente. Aunque ninguno nos demos cuenta de que lo admitimos ni de que funciona. Y es que los mitos es lo que tienen.

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