15 de junio de 2008

Mendigo

Es difícil andar
si se ignoran
las vueltas del camino,
si se duda
la firmeza del suelo que pisamos,
si se teme
que la vereda verdadera
haya quedado atrás,
a la derecha
de aquellos pinos...
(... o quien sabe
si perdiéndose en otra primavera,
hace tiempo,
cuando una
cálida brisa me empujó hacia el sur,
y yo pensé:
"el viento quizá sepa",
y uní a él mi destino,
y seguí andando,
y llegué hasta esta orilla
de mi vida
en donde
- después de tanto esfuerzo -
me he sentado a recibir
lo que los transeúntes quieran darme.)

- Una sonrisa para este vagabundo
caballero.
- Dejad en mis pupilas,
bondadosa señora,
algo de la belleza y de la luz
que hay en vuestra mirada también triste.

Lo que los transeúntes quieran darme.

Ángel González
(Sin esperanza, con convencimiento)

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