3 de junio de 2008

La cumbre de la solidaridad y de la injusticia

Hoy comienza en Roma la cumbre de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, para debatir el asunto del hambre en el mundo. Acudirán más de 50 presidentes y más de 150 ministros de agricultura para acordar, me apuesto lo que quieran, que hay que ser más solidarios con los hambrientos. Las medidas concretas en las que se plasmará dicha solidaridad se concretarán, estoy seguro, más adelante (si llegan a concretarse probablemente serán medidas insuficientes que, sin embargo, no se aplicarán nunca).

Se hablará de solidaridad, pero no de justicia. Por eso será la cumbre de la solidaridad y de la injusticia. Perdonen mi pesimismo, pero creo que de nada servirá esta cumbre.

Mientras tanto, se cuentan por decenas de millones los nuevos hambrientos, los candidatos a ingresar en el maldito club de la pobreza extrema. Nadie hablará en esta cumbre de los objetivos del milenio, que suponen un fracaso más de estos optimistas felices que ya no valen ni para tranquilizar nuestras conciencias. Por otro lado, los ultras liberales han dejado de pregonar aquello de "nunca hemos estado tan cerca de acabar con la pobreza".

Se centrará la cumbre en el asunto de los biocombustibles, hoy principal causa de la subida de los cereales y, en consecuencia, de todos los alimentos (también el cereal que alimenta al ganado es más caro). Curiosamente, el auge de estos nuevos combustibles, no ha servido para retener la subida del precio del petróleo. La conclusión es clara, los combustibles alternativos no suponen una amenaza real para los derivados del petróleo, sólo compiten con nuestros alimentos.

Brasil, cuyos muertos de hambre al parecer nada tienen que ver con el mercado mundial, defenderá la producción de biocombustibles que, según dicen ellos, es compatible con la producción de alimentos. No olvidemos que su país es pionero en la producción de etanol obtenido de la caña de azucar. ¿Habrá olvidado Lula su promesa de que todos los brasileños coman al menos una vez al día?

Poco hablarán, o nada, de una causa del hambre aún más radical que los biocombustibles: la especulación financiera. La transformación de cultivos dedicados a la producción de alimentos en cultivos dedicados a la producción de combustibles, no hubiera sido posible sin un mercado basado en un sistema económico liberal donde los especuladores han apostado, en mercados a futuro, por energías alternativas. Y cuando los especuladores apuestan, esperan ganancias caiga quien caiga.

Así, si los que rigen el destino de la humanidad se la juegan en una casa de apuestas, ¿es viable alguna solución reformista?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero, ¿en serio hay todavía gente formada sobre la materia, que cree que con reformismos se acaba con el hambre en el Tercer Mundo?

Sólo quien ama vuela dijo...

No lo sabemos, pero si los hay, esperamos sus comentarios.

Rebelion

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