23 de abril de 2008

No hablemos de cuotas

Me había planteado no hacer ningún comentario respecto al actual tema tan polémico del número de ministras y menos aun de que se haya nombrado una ministra que traerá al mundo a un bebé en pocas semanas. Es que en un país democrático y plural, todos tenemos los mismos derechos y deberes, y por tanto, la valía no es una cuestión de género. El problema radica en centrarnos sobremanera en el tema de las cuotas y del n + 1.

Estoy orgullosa de un país en el que se le da la oportunidad también a mujeres para dirigir distintos ministerios del actual gobierno. Más valiente es incluso que se haya nombrado ministra a una mujer que circunstancialmente está embarazada. Valiente porque cada paso que dé y cada decisión que tome se va a analizar pormenorizadamente por todos todos. Ya en sus primeras actuaciones como ministra ha dado que hablar, dejando constancia clara de que una mujer responsable puede cumplir con todos los compromisos que el cargo que ocupe requiera. Ya veremos si se toma toda la baja maternal, si la comparte con el padre del bebe, si se ve afectado el trabajo a realizar por esas semanas necesarias para atender al niño, si, si, si... Y haga lo que haga recibirá críticas, que para eso tenemos libertad de expresión.

Parece lamentable que haya un Ministerio para la Igualdad ¿verdad? Ojalá dentro de unos años podamos mirar hacia atrás y verlo como simple anécdota porque ya no sea necesario. Porque vivamos en una sociedad donde simplemente sea la persona a título individual, sea hombre o mujer, la que decida hasta donde quiere llegar en su carrera profesional, cuanto quiere comprometerse en tiempo y dedicación a un trabajo o actividad, que no sea de antemano otro/a el que decida por uno mismo. Donde toda persona dependiente (hijos, abuelos, familiares) y la casa sean una corresponsabilidad de hecho de la pareja. Donde ya no sean necesarias las cuotas aunque en todos los ámbitos no estemos al 50%, porque no haya ninguna discriminación por cuestión de género.

Seguro que disfrutaremos de una sociedad más productiva, eficiente y saludable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por supuesto. Estoy totalmente de acuerdo en todo lo que dices. Pero creo que hay que ir más lejos, para no caer en la autocomplacencia: además de "ahogar" al gobierno con halagos, habría que exigirle que controle todos los contenidos sexistas que, so pretexto de la libertad de expresión, nos acosan a diario desde los medios: radios machistas, articulistas machistas, TV (series, películas, anuncios publicitarios...) machista, etc
Podría ser una buen tarea para echar a andar el ya famoso Ministerio de la Igualdad.
La educación es la base. Sin ella, todo lo demás no pasa de ser un bello testimonio.

Rebelion

Web Analytics