26 de noviembre de 2010

Infancias robadas

Laura (nombre ficticio) fue violada repetidamente por su padre y, a los 14 años, quedó embarazada:
“Yo sólo era llorar, esto era la sola cosa que me sostenía, llorar. Toda la gente me criticaban que yo era una cualquiera por haberme acostado con mi papá, que era una sinvergüenza que quería quitar el marido de mi mamá. Aun mis profesores me criticaban […]. Mis hermanos... [...] me corrieron de la casa. Ellos no me hablan”.
Por desgracia, su historia no es única en Nicaragua, un país lleno de infancias robadas por la violencia sexual. Entre 1998 y 2008, se presentaron 14.377 denuncias por violación. De esas, la mayoría las pusieron niñas que habían sido agredidas por sus tíos, primos, padrastros, padres, abuelos...

Muchas de las niñas fueron rechazadas por sus familias y comunidades, amenazadas por sus agresores, obligadas a seguir adelante con un embarazo, desatendidas por policías, fiscales y tribunales... Y por eso, muchas mantuvieron su drama en secreto. Otras, como Laura, rompieron el silencio para luchar por sus derechos.

Todas esas niñas cuentan con tu apoyo para conseguir que su Gobierno las proteja. Te costará sólo dos minutos firmar esta petición e invitar a tus amigas y amigos a que también lo hagan. Con un pequeño gesto tuyo podemos mejorar el futuro de miles de niñas y niños en todo el mundo.

Un millón de gracias de parte de Amnistía Internacional.

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