19 de enero de 2008

Adiós a Ángel González

El pasado sábado 12 de Enero fue un día luctuoso para los amantes españoles de la buena poesía: el gran Ángel González nos dejó y me parece un hermoso símbolo que tanto los poetas profesionales como los amantes de la poesía nos demos el pésame. Hace una semana perdimos a uno de los grandes, de los mejores, de los maestros. Si poetas de la altura de García Montero, entre otros muchos, lo admiraban y adoraban, eso era por algo.

Descanse en paz el maestro. Mi humilde homenaje privado es escribir estas letras y esperar que editen algo en su honor, para comprarlo.

Por el arte, por las letras, por la poesía y porque, desde el día 12 del presente mes, la literatura española tiene uno menos "de los mejores"... un brindis por el maestro, con gran agradecimiento por su legado. Sabemos que lo que Ángel sembró, germinará (o, tal vez, ya está germinando).
"Los poetas son ánforas sagradas
que contienen el néctar de los dioses,
el alma de los héroes"
(Hölderlin)

Como cariñoso reconocimiento y recuerdo al maestro, dejamos aquí, en Enfoca, uno de sus innumerables poemas. Aparte de su verbo lacerante y de sus lúcidos recursos, Ángel también nos gustaba porque era uno de los mejores representantes de la “poesía social”. Y, sin más, os dejamos con él:

ELEGIDO POR ACLAMACIÓN

“Sí, fue un malentendido.
Gritaron: ¡a las urnas!
Y él entendió: ¡a las armas¡ -dijo luego.
Era pundoroso y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.

Cuando envainó la espada dijo, dice:
La democracia es lo perfecto.
El público lo aplaudió. Sólo callaron,
impasibles, los muertos.

El deseo popular será cumplido.
A partir de esa hora soy –silencio-
el Jefe, si queréis. Los disconformes
que levanten el dedo.

Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio”

(De “Fábulas para animales”).

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