30 de enero de 2008

Se acabó el tomate

A pesar de ser uno de los programas más zafios de la tele actual, lo cual tiene bastante mérito, pues el nivel es muy bajo. A pesar de acusar a diario y sin pruebas, de ocuparse de la vida vivida por los muertos, de inventarse noticias que ponen en peligro a la gente (como aquella vez que dijeron que un amigo nuestro tenía escondido a no sé quién, buscado por la justicia). A pesar de todo esto, ni nos ocuparíamos desde aquí del fin (no dudo que momentáneo) de estos exhibicionistas.

Pero la forma de anunciar su adios es de tan poca vergüenza que no puedo evitar escribir, brevemente, sobre ellos. He leído en la prensa que, ayer, al decir que por fin los echan, una voz en "off" dijo lo siguiente: «La vida de Isabel Pantoja va a cambiar radicalmente dentro de tres días; es la noticia con la que la tonadillera sueña cada noche desde hace cinco años, por la que ha rezado, suplicado y daría toda su fortuna. Dentro de tres días Isabel saldrá de su casa y abandonará su encierro. Volverá a sonreir, pero estamos seguros que no tardará en echarnos de menos».

O lo que es lo mismo, esta gente se va presumiendo de haber acosado, hasta el punto de tenerla encerrada en su casa, a una persona. Por muy mal que a la gente pueda caerle Isabel Pantoja, no hay duda de que es una persona que no merece este trato por parte de nadie. Si esto hacen con los poderosos, ¿qué no habrán hecho con el que no puede defenderse?

Lo peor de esta noticia es que cierran el programa por la audiencia, no por delincuentes.

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