Defender a la familia

Creo que la inmensa mayoría de las personas están de acuerdo en que la familia (del tipo que sea) es la base de nuestra sociedad y de muchísimas otras sociedades, pues es la que cría y educa a la prole, y es la institución que más se afana en cuidar de sus miembros (como es normal), sobre todo en circunstancias adversas como la enfermedad física o mental, el paro y muchísimas otras lacras de nuestras sociedades.

Por eso, es imprescindible que toda la sociedad y sus representantes defiendan a la familia (repito, del tipo que sea) para que pueda ser una comunidad de amor, donde todos experimeten la gratuidad del amor y, así, sea la mejor cuna para la solidaridad futura.

Dicho esto creo que hoy la familia si es atacada por:

a) La precariedad, los bajos salarios y las largas jornadas de trabajo, que impiden que una familia tenga la seguridad y los medios temporales y materiales para poder empezar o continuar una vida familiar.

b) El ataque a valores humanos básicos como la solidaridad, la no violencia, la colaboración y corresponsabilidad, la austeridad que libera, etc. De hecho nos quejamos de que los niños (y los mayores) son egoístas, violentos, irresponsables, derrochones... cuando eso es lo que el mercado les vende de mil formas todos los días... y después, la familia debe contrarrestar permanentemente estos valores o sucumbir ante ellos.

c) La incitación al consumo desaforado desde todos los poderes mediáticos, económicos y hasta políticos, que nos “insta y casi obliga” a trabajar más para comprar más para... “ser más felices”, abandonando a los mas jóvenes a la televisión, los videosjuegos, internet, etc.

d) La discriminación de la mujer porque es la que, normalmente, da a luz y amamanta (si puede y lo desea). ¿Podríamos pensar en sendas bajas maternal/paternal consecutivas para ambos miembros de la pareja de la misma duración para que no hubiese discriminación?

e) La poca ayuda social a la maternidad/paternidad (aunque en los últimos tiempos se ha mejorado algo con el permiso de parternidad, el aumento del de maternidad en algunos casos y ciertas ayudas económicas).

En definitiva, creo que la familia, como lugar de aprendizaje de la solidaridad, si es atacada por “la ideología de mercado”, que da lugar a una sistema que exprime a las personas para sacarles el máximo “rendimiento económico”, sin importar ni un poquito las consecuencias sociales de ello.

Por eso la mejor forma de defender a la familia es gastar tiempo y recursos (también en familia) para luchar por transformar esta sociedad (sus personas y sus estructuras) en otra en la que los Derechos Humanos sean el referente principal. Y no, quizás, con grandes manifestaciones, como dijo un cura amigo.