Disolver la democracia: Apoyar a un dictador durante cuarenta años.Estar en contra de los Derechos Humanos: No condenar el nacismo, admitir la pena de muerte, etc.
Ser totalitario: Poseer la verdad absoluta e imponérsela a los demás.
Relativismo: Afirmar que ninguna verdad es absoluta, que todo depende de las circunstancias. (Por ejemplo, pedir que si una mujer aborta, vaya a la cárcel, pero si la que aborta es una monja violada en Ruanda, ocultar el hecho y mirar para otro lado).
Incoherencia: Decir que se defiende a la familia y prohibirle (moralmente) usar, siquiera, un preservativo.
Estupor: Sentimiento que sienten la mayoría de los cristianos cuando ven que "Escrivá de Balaguer es santo", y Monseñor Romero o Ellacuría, por ejemplo (mártires por defender a los pobres en El Salvador), no.
Pederastia: Abuso sexual de menores. (Algunos curas -por fortuna, una minoría- lo son o han sido. Aquellos obispos que, implícitamente, piden la cárcel para las mujeres que abortan, a los curas pederastas los han cambiado de Parroquia).
Desesperación: Sentimiento que asola a cada vez más cristianos que quisieran que la Iglesia fuera una comunidad al servicio de la lucha por la justicia, la paz y la solidaridad, y observan que sus dirigentes afirman que "el primer problema de la humanidad es defender la familia cristiana".
Escisión: Ruptura y división, dentro de la Iglesia, entre los que siguen fieles a los obispos (y le reconocen autoridad, incluso moral) y los que ya no los podemos ni ver.
Retroceso: Lo que supone este artículo que acabo de escribir, respecto a los inmediatamente anteriores. Lo reconozco, pero sentía demasiado escozor. Perdón a los compañeros que trabajan por mantener una mínima calidad, de fondo y forma, en la web.
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