2 de enero de 2008

¿Ataque a la familia?

El pasado domingo, la jerarquía eclesiástica convocó la enésima (disculpen, pero he perdido la cuenta) manifestación contra el gobierno socialista, en la madrileña Plaza de Colón, en una demostración de su fuerza, en palabras del diario ABC. El tema era "la defensa de la familia".

Rouco dijo que la legislación del PSOE es un retroceso en la lucha por los derechos humanos; García Gasco afirmó que supone la disolución de la democracia; Kiko Argüello denunció que los gobiernos ateos y laicistas atacan a la familia. Otro obispo afirmó que defender la familia cristiana es el "primer y más importante problema de la humanidad actual". De fondo, y como "palabras de ánimo", se leyó el mensaje de Ratzinger acerca de "la belleza del matrimonio hombre-mujer y de la familia".

Los movimientos que secundaron, con sus fieles adeptos, la manifestación fueron el Opus Dei, Los Legionarios de Cristo, Los Focolares, Comunión y Liberación y los Neocatecumenales, fundamentalmente; es decir, lógicamente, el sector más conservador del catolicismo. Huelga decir que no asistieron las comunidades eclesiales de base, las comunidades cristianas populares, las ONGs cristianas de corte social, de lucha por el desarrollo del Tercer Mundo, de lucha por la paz, ni ninguna asociación laica de defensa de los derechos humanos, de defensa del medio ambiente, de lucha contra la violencia de género, etc.

Las razones que adujeron los manifestantes, para acusar al gobierno de "atacar a la familia" fueron, una vez más, la legalización del matrimonio homosexual y la legislación sobre el aborto. Al respecto, quisiéramos hacer algunas matizaciones:

Sobre el tema del aborto, por ejemplo, queremos simplemente recordar que el gobierno de Aznar, con mayoría absoluta, mantuvo los cuatro supuestos de aborto (los mismos que ha mantenido ZP en estos cuatro años), sin que los obispos le hicieran la más mínima manifestación en contra.

Y sobre el tema del matrimonio homosexual, no consigo comprender qué tiene eso que ver con ningún "ataque a la familia". Yo pertenezco a una familia "clásica" (padre, madre e hijos) y, en ningún caso, he sentido el más mínimo ataque por parte del gobierno: no me han eliminado ninguna ayuda (antes bien, el gobierno ha incentivado económicamente el nacimiento de los hijos, como todos sabemos; ha aprobado la ley del cheque-libro, para ayudar económicamente a las familias, etc). Y, permítanme la broma, creo que lo del matrimonio homosexual es completamente voluntario (a nadie se le va a obligar a casarse con nadie del mismo sexo).

Lo de que esta legislación "disuelve la democracia" creo que merece comentario aparte: en la práctica totalidad de las leyes aprobadas por el Parlamento en esta legislatura, el Gobierno ha contado con el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias, a excepción del PP. Y aunque no sea mi modelo preferido de democracia, es el que hay: el pueblo vota y sus representantes legislan. Si el pueblo, después, no está de acuerdo con lo que han hecho sus representantes, los quitan y en paz. Eso es la democracia. Me suena mucho menos a democracia negarse a cumplir las leyes que el Parlamento aprueba, si no son las que me gustan. Me suena menos a democracia apoyar a los jueces sólo cuando sentencian según mis ideas, y ponerlos luego a parir si sus sentencias no me gustan (Montesquieu sí, Montesquieu no, según si coincide con mis creencias). Me suena menos a democracia imponer mis creencias religiosas a una sociedad laica, que vota según las suyas.

Pero lo que ya me resulta indignante es que se diga que la defensa de la familia cristiana es el primer problema de la humanidad. Eso sólo se puede decir, o habiendo roto "el principio de realidad" (en palabras freudianas) o, con todos mis respetos, teniendo la barriga muy llena: en un mundo degenerado por la masacre del hambre de los pobres, por la guerra, por la militarización de las relaciones geopolíticas e internacionales, por el progresivo deterioro del medio ambiente, por la violación sistemática de los derechos humanos en gran parte del planeta, por el asesinato de mujeres, por la pena de muerte, por la desigualdad económica y un larguísimo etc, semejante frase es cualquier cosa menos cristiana.

Hace pocos días estuve en un asilo de ancianos llevado por religiosas (sin hábito). La mayoría de los ancianos estaban tremendamente enfermos (muchos de ellos, con Alzheimer). La superiora (con una paz personal y profunda que causó mi más sana envidia) nos contaba que su principal trabajo era tener a los ancianos motivados e ilusionados con mil actividades, para que no se limitaran a pasar sus últimos días esperando apáticamente la muerte. Pilar se llamaba ella. También nos contó que ella estaba de misionera en Bolivia, dedicada a los más pobres, pero la llamaron porque sus padres estaban muy enfermos en España. Como hacía falta un asilo en ese pueblo, se fue allí, creó el asilo (con la ayuda de la Junta de Andalucía y de Diputación -que todo hay que decirlo, tratándose de gobiernos ateos y laicistas que no respetan los derechos humanos-), y allí se llevó a sus padres, a los que cuidó, junto con el resto de ancianos abandonados, hasta el final de sus días.

Debo decir que en esa Iglesia sí que creo; en la de los Cañizares, Rouco, García Gasco, Argüello y compañía, me temo que no. Como tampoco me creo que la Iglesia sea "una". Hay dos Iglesias, como hay dos Españas.

Pilar no fue a la manifestación de Madrid; estaba viviendo su cristianismo. Prefiere estar sirviendo a los pobres en lugar de patalear contra gobiernos elegidos democráticamente. Como ella, miles de misioneros y laicos que se juegan, día a día, su vida por defender a los que no tienen quien les defienda. Ellos no tienen tiempo para manifestaciones; ni siquiera para crisparse, como yo, cuando las veo en la prensa.

Lo que no sé es si he sabido explicarme con respeto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te has explicado con un respeto mucho mayor que el que los dirigentes de la iglesia católica sienten por "su rebaño". No digamos ya por el que sienten por quienes no creemos necesitar ningún pastor.

Sólo quien ama vuela dijo...

Querido Picapiedra, llevas toda la razón: la jerarquía eclesiástica no tiene ningún respeto por una buena parte de los catolicos.

Enhorabuena por tu blog.

Anónimo dijo...

Un grupo de feministas se inculpa ante el juez de haber abortado fuera de la Ley

Quince mujeres de la asociación feminista 'Alecrín' han entregado al juez de guardia de Vigo un escrito en el que se inculpan por haber abortado fuera de los supuestos que permite la Ley. Con este gesto pretenden solidarizarse con las 27 mujeres que han sido llamadas a declarar.

En cualquier estado de derecho, estas mujeres serían juzgadas y condenadas, ya que han confesado su crimen.

En España esto se convertirá en una mera anécdota sin consecuencias legales.

Carlos Menéndez

Rebelion

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