5 de noviembre de 2007

Ahorrar en Bancas Solidarias

La nueva modalidad de los microcréditos (créditos pequeños, con un muy bajo tipo de interés, para financiar el autoempleo de personas desfavorecidas, a las que la banca convencional no concede crédito) se están empezando a extender como la espuma.

Todo empezó con la creación del Grameen Bank de Muhamed Yunus (premio Nóbel de la Paz) en Bangladesh. A partir del enorme éxito de tal alternativa financiera solidaria para los pobres, se empezaron a crear muchas redes semejantes, todas del mismo estilo y con un denominador común: priorizar la rentabilidad social y solidaria, sobre la rentabilidad económica y crematística de la banca capitalista.

Lo cierto es que varios años más tarde de la creación del Grameen Bank, esta iniciativa está teniendo, afortunadamente, un tremendo éxito en España. En la actualidad, el 90% de los negocios creados gracias a los microcréditos, están sobreviviendo a los dos años, lo que, al decir de los expertos, significa que han salvado el principal escollo temporal y están en condiciones de seguir prosperando y desarrollarse.

Tan es así que, en España, las principales cajas de ahorrro se han apuntado a "la moda de los microcréditos". Habrá, sin duda, quienes digan que de nuevo el sistema intenta asumir alternativas salidas del pueblo (del "contra-orden"), pero, desde mi punto de vista, si el sistema se dedica a hacer lo mismo que las organizaciones alternativas, entonces está haciendo LO QUE TIENE QUE HACER. Lo que significa que es posible que hayamos empezado a ganarle este pulso.

En cualquier caso, lo cierto es que, cuando alguien (como, por ejemplo, Yunus) tiene una iniciativa de este tipo, con constancia, mucho trabajo y mucha esperanza, se empieza después a extender y a multiplicar sus frutos.

Eso debe animarnos en todas aquellas iniciativas que podamos "ni intentar" por pensar, por adelantado, que va a fracasar y no va a encontrar apoyos.

Por eso es imprescindible que apoyemos todas estas alternativas, pues, desde nuestro pequeño lugar en el mundo, podemos contribuir a transformarlo cada vez más. Por ello, animo a la gente a guardar sus ahorros (o partes de ellos) en estos "bancos alternativos". Quien escribe este artículo, con su familia, es uno más de lo que así lo hacen.

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