30 de noviembre de 2007

Casas viejas resiste

Ayer, el sistema atacó al pueblo una vez más. El desalojo de "Casas Viejas", en Sevilla, es una muestra más, sólo una más, de la vieja dialéctica a la que nos lleva permanentemente esta falsa democracia (oligarquía disfrazada de democracia): el sistema contra el pueblo, el Estado contra la sociedad civil, las fuerzas de "orden público" contra el mismo "público" (esto es, la población), el capital contra el trabajo, la ley (creada en este sistema neoliberal para proteger fundamentalmente los intereses de los grandes capitales) contra el bien común.

"Casas Viejas" era una de esas casas del pueblo de toda la vida. Sin dueño (al menos, de paradero conocido), llevaba mucho tiempo ocupada por el movimiento Okupa, pero al servicio de la gente del barrio (o de cualquier otro que quisiera), es decir, al servicio de la gente del pueblo.

En "Casas Viejas", la gente se reunía, se hacían talleres, se intercambiaban libros, incluso los miércoles había sesión gratis de cine. Una casa del pueblo y para el pueblo.

Pues nada, lo de siempre: ¡Váyanse de aquí, que procedemos al desalojo!

¿Por qué desalojo? Hombre, ¿por qué va a ser? Pues porque hay que convertirla en solar para seguir satisfaciendo la infinita voracidad de constructoras, inmobiliarias y banca. ¿Que el pueblo tiene un lugar donde reunirse, trabajar, autogestionarse, disfrutar del arte y la cultura, en definitiva, donde ser feliz? Pues se le desaloja: a la puta calle, que hay que hacer más pisos, hay que seguir hipotecando a más gente, para que se pasen cuarenta años de su vida trabajando para pagar los intereses de su primera vivienda, y así enriquecer a los Botín de turno y a sus "pobres familias", que aún necesitan más.

Y la poli antidisturbios entró a saco, como se hace en esta democracia sevillana del "socialista" (ja, ja, ja) Monteseirín. Porra que te crió y leña al mono. Claro: la gente no se quería ir de la que había sido su casa. Lo normal; no les venía bien quedarse en la calle. Y la poli respondió "democráticamente".

Lo más triste es que pasan estas cosas, que no hacen sino desenmascarar esta gran pantomima teatral de la "pseudodemocracia neoliberal", y la gente se queda tan tranquila. Aquí no se conciencia ni se mueve ni el Pequi. Bueno, sí: los cuatro románticos que se llevaron ayer los "saludos" de la pasma monteseirina, y los dos que se han encadenado a cuatro metros bajo tierra, y cuya única forma de sacarlos de ahí es literalmente matándolos. Con dos riñones: Casas Viejas resiste.

Son los seis quijotes que mantienen la dignidad de un pueblo dormido. Sí, señor: Sevilla mirará a otro lado mientras el sistema aplasta, una vez más, a los suyos. En concreto, mirará hacia el Corte Inglés (que ya vienen las fiestas de Navidad, hombre) y al próximo cabildo de la hermandad de Semana Santa, donde se hablará de los próximos cultos para honrar al Santísimo Sacramento. Mientras, la calle (la que es del pueblo) arde incendiada por las macabras armas de San Capital.

CASAS VIEJAS, LOS DOS ENCADENADOS: ENFOCA-ENFOCATE ESTÁ CON VOSOTROS. Y SEGUIREMOS A VUESTRO LADO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Matizamos una parte de nuestro artículo: en él decíamos que Casas Viejas no tenía dueño. No es así: en el momento de redactar nuestro artículo no sabíamos que sus dueños son los hermanos Bordas Marrodán, y su abogado, Miguel Ángel León.
Lo que sí es cierto es que, durante los más de cinco años que duró la ocupación auotogestionada de Casas Viejas (como alternativa cultural juvenil al botellón), dichos señores no habían ido "tan de frente a por el desalojo". Ahora lo han hecho; sus planes son la demolición del inmuebloe para construir pisos. Cuando la propiedad privada (para la especulación) es el único dogma incuestionable de este sistema (contra el que, desde luego, los socialistas del PSOE no van a reaccionar jamás), por encima de cualquier otra consideración de tipo social, moral o, simplemente, humano, pasan estas cosas. El capital es el único becerro de oro (Manmona) que adora la política institucional. El bien común, el bien del pueblo, "ya si eso, más adelante".En todo caso, rogamos disculpas por nuestro anterior error "desinformativo".

Rebelion

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