Sin entrar a desarrollar la cuestión de que, desde que el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, cerrara la Parroquia de San Carlos Borromeo, hasta que se ha sentado a hablar con los tres curas de la misma, hayan pasado ocho meses, queremos hacer hicapié en el hecho de que, por fin, se ha decidido a reabrirla. Esto siempre es una señal de esperanza... al menos, para los pobres de Vallecas, a quienes se les han debido hacer algo largos estos ocho meses.Pero acogemos con agrado, sinceramente, la nueva decisión del obispo. Pues rectificar es de sabios. Y todo el mundo (PP incluido) tiene derecho a una segunda oportunidad. Si en su momento criticamos la desacertada decisión de Rouco, al cerrarla, hoy nos congratulamos con su acierto. Si los tres curas han quedado satisfechos con la nueva salida que se les ha ofrecido (siempre "que cuiden la liturgia", ha dicho Rouco), nosotros también. Y si entonces criticamos, es justo que ahora aplaudamos.
Nobleza obliga.
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